El invento de la nieve artificial fue casual. El químico norteamericano Vicent Schaefer buscaba en el laboratorio de General Electric cómo provocar un descenso de temperatura en una cámara frigorífica introduciendo un trozo de hielo seco (CO2 en fase sólida), pero lo que logró fue la formación de una nube de cristalitos de hielo. Había nacido la nieve artificial. Inmediatamente se dio cuenta de que tenía al alcance de la mano un sueño de los meteorólogos: la siembra de nubes para provocar lluvias o nieve. El 13 de noviembre de 1946 empezó los experimentos de campo. Desde un avión sembró hielo seco en una nube situada al norte del estado de Nueva York, lo que desencadenó una nevada en los alrededores del monte Geylock, al oeste de Massachusetts.