Los peces cebra (Danio rerio), una de las especies modelo más habituales en los laboratorios de investigación, se muestran muy temerosos cuando se crían en libertad. Sin embargo, si se les mezcla con sus congéneres cautivos aprenden en seguida las actitudes más osadas típicas de estos.
Ese llamado aprendizaje social tiene sentido, porque les ahorra el tiempo y esfuerzo de cambiar su comportamiento a través de la propia experiencia. El descubrimiento lo han realizado Sarah Zala y Dustin Penn de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria) y se publica en la revista Animal Behaviour.
En el experimento que les ha llevado a esa conclusión observaron cómo, tras unos días de convivencia, los ejemplares silvestres se acercaban a un objeto en movimiento unos tres centímetros más que cuando llegaron al acuario. Esa distancia equivale a la longitud de un ejemplar adulto, por lo que este avance “supone un enorme riesgo en el mundo de los peces cebra”, según explica Sarah Zala en la nota de prensa de la Universidad.
En cuanto a los peces “domesticados”, ninguno de ellos aprendió de sus nuevos compañeros a ser más precavido.
Pilar Gil Villar
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…