Ante un aullido de lobo, nos resulta lógico imaginar el gesto asustado de un cervatillo en medio del bosque. A partir de ahora, podremos añadir a esta imagen la de un salmón huyendo velozmente bajo las aguas. Un equipo de la Universidad de Victoria (Canadá) ha pasado cuatro años estudiando las heces y el pelaje de los temidos depredadores en una amplia zona de la provincia de British Columbia.
Según el análisis químico de los mismos, en otoño, cuando los salmones surcan los ríos en su ruta reproductora, los lobos desdeñan otras presas habituales, como los ciervos, y centran su búsqueda de alimento en el pescado. En un artículo de la revista BMC Ecology, los investigadores explican que este cambio de hábitos evita a los animales las múltiples heridas que sufren en sus cacerías por el bosque y les proporciona una dieta más rica en grasas.
Además, esta nueva faceta del salmón aumenta su importancia para mantener ecosistemas terrestres, en los que hasta ahora no se sabía que participara.
Pilar Gil Villar
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…