¿Qué conceptos tenían sobre algunos animales en la Edad Media? Recurriendo a los bestiarios pueden hallarse curiosas ideas que los ciudadanos del medievo tenían con respecto a criaturas reales e imaginarias. Según me explica mi compañero Paolo Fava, fan absoluto del medievalismo, «el motivo por el que tenían esas ideas es porque los autores de los bestiarios, en su mayoría clérigos que no abandonaban los muros del convento, eran neoplatónicos; les importaba la idea de las cosas, no la cosa en sí. Para ellos, cada animal debía aportar una lección moral, porque para eso los había puesto Dios en la Tierra. Ya lo de perseguirlos por el bosque era cosa de campesinos iletrados. Sólo en el Renacimiento se recupera la idea aristotélica de que para hablar de la naturaleza primero hay que observarla, poniendo los cimientos de la ciencia moderna».

Los bestiarios se hicieron muy populares en la Edad Media y no sólo albergaban animales, sino también motivos orgánicos y plantas que recogían de la naturaleza. Estos libros se convirtieron en auténticos best seller de la época y, como nos explicaba Paolo, cada uno tenía una lección moral. Por ejemplo, la pantera era apreciada por su belleza y en los bestiarios se la valoraba por su aliento, que según ellos transmitía una fragancia maravillosa. Del pelícano se creía que abría su pecho con el fin de dar vida a las crías con su sangre y que a través de su sacrificio era una viva representación de Jesucristo.

Tanto la pantera como el pelícano, así como leones, palomas y águilas tenían un signo positivo. Otros animales formaban parte de bestiarios de signo negativo, como la serpiente, que se vinculaba con el diablo, los monos, las liebres, los cerdos o las cabras. También había un tercer tipo de bestiarios, dónde incluían a criaturas fantásticas como dragones, centauros, basiliscos o arpías.

Basándose en escritos y leyendas antiguas, los bestiarios ofrecen descripciones correspondientes a bestias muy raras. Hemos recogido el de un códice del s. XIII que tiene en su poder la Oxford Bodleian Library para mostraros la extraña forma de pensar que tenían nuestros antepasados sobre algunas bestias.

Fuentes:

bl.uk/cataloguesmedievalists.netbibliotecagonzalodeberceo.comabdn.ac.ukEl simbolismo animal en la cultura medieval – UNED |

La pantera, enemiga mortal del dragón

Entre los mamíferos carnívoros recogidos en los bestiarios, los felinos gozaban de significados muy ambivalentes. En la Alta Edad Media las panteras eran frecuentemente asociadas a Cristo. 

Este felino era apreciado por su belleza y, según los bestiarios, emitía una fragancia maravillosa.

Su enemigo mortal era el dragón, de esta forma queda representada la narrativa arquetípica de la lucha entre las fuerzas de la Luz simbolizada por la pantera y las de la Oscuridad (el dragón).

Según relata el bestiario, cuando otros animales oyen su voz acuden de todas partes y lo siguen donde quiera que vaya a consecuencia de la dulzura de su aliento. Sólo al dragón, al oírle, se esconde en las entrañas de la tierra. Allí se encuentra en un sueño, porque no puede soportar su dulce olor y permanece completamente inmóvil, como si estuviera muerto.

Paradójicamente, la imaginación medieval representó al Anticristo bajo la figura de la bestia del Apocalipsis con cuerpo de pantera, siete cabezas, diez cuernos, pies de oso y boca de león.

Como curiosidad, Cartier presentó una fragancia con el nombre de Panthere, aunque no sabemos si el perfume olía tan bien como aseguraban que lo hacía la bestia de la Edad Media.

 

El castor y sus armas de destrucción masiva: los testículos

Los testículos del castor han sido utilizados en la medicina tradicional. Los esquimales, por ejemplo, los utilizaban secos para aliviar dolores. De hecho, fueron cazados llevándolos al borde de la extinción entre todos los que usaban sus testículos o el castóreo, una secreción glandular de machos y hembras que el animal usa para acicalarse el pelaje y que era muy utilizada en perfumería. Esto, unido a la tentación que muchos tenían por la piel del castor casi acaba con ellos.

Según escribió el profesor de retórica romano Claudio Eliano, los castores se arrancaban a bocados los testículos con el fin de que los cazadores no se interesaran en matarlos. Como podéis suponer, esto es sólo una fábula.

 

¡Que viene el lobo!

El lobo pertenece a los bestiarios de signo negativo. Según su simbología, representa el valor y la destrucción. Aunque no nos equivoquemos, el lobo es también un signo de inteligencia y paciencia, capaz de esperar largas horas para cazar a su presa.

A principios de la Edad Media, el pueblo celta envidiaba su atrevimiento, así como también su poder. De hecho algunos soldados galos se comían sus corazones y recubrían sus cascos con sus cabezas. Precisamente, el corazón del lobo representa un corazón constante que sufre las calamidades pero, eso sí, cuando se lanza a la lucha es implacable.

El lobo representa a una bestia voraz con sed de sangre que va en contra del viento. Sus ojos brillan en la noche como dos linternas y según explicaba el bestiario su naturaleza es tan fuerte que, si ve a un humano antes que este le vea a él, le puede privar de su voz.

 

 

El oso perezoso

El oso representa la involución y pertenece a los bestiarios de signo negativo. Su simbología enmarca la pereza y la crueldad. También simboliza la maña y fortaleza del manejo de armas contra los enemigos logrando la victoria.

En el Medievo, circulaba el mito de que el oso violaba y secuestraba a las mujeres. Sus descedientes se convertían en guerreros o amazonas invencibles.

 

La malvada serpiente

Uno de las bestias más antipáticas es la serpiente. Sus connotaciones biblicas la llevan a asociarse con el pecado y el diablo. A pesar de ello, su significado en ocasiones resulta ambivalente ya que algunas de su cualidades, como la astucia se asocian también a las criaturas positivas.

 

 

La perfección del ciervo

Según este bestiario, los ciervos curarían sus heridas comiendo serpientes. Su calificación dentro del libro es ‘perfecta‘ y su simbología es ‘el árbol de la vida‘. Para ellos, reflejaba una gran belleza.

Cuidadín con la salamandra

La salamandra pertenece a los bestiarios reales de signo positivo y su significado es la pureza. De ellas destacan su gran capacidad para matar a varias criaturas a la vez, con más peligro que cualquier otra criatura venenosa.

El árbol de la ilustración hace un buen ejemplo. Mientras la serpiente sólo puede matar a una víctima cada vez, la salamandra, si trepa por un árbol puede envenenar todas las manzanas y aquellos que las coman, morirán. Igual pasa si cae en un pozo, envenenará todo el agua y consecuentemente a todos los que beban.

Es el enemigo del fuego y el único entre los animales que puede apagar las llamas, lugar donde vive sin dolor y sin ser consumida. No sólo no se quema, sino que aviva o apaga las llamas, según se le antoje.

 

El león, símbolo de la bondad

El león, símbolo heráldico por excelencia, pertenece también a los bestiarios reales de signo positivo y simboliza la generosidad.

Describen su naturaleza tan noble que aseguran que éste no se enfurece con los hombres a no ser que se vean perjudicados por ellos

Habitualmente los animales benéficos, como el león, son representados de perfil, mientras que los malvados vuelven el rostro al observador.

El tigre, de pésima reputación

El tigre tiene una pésima reputación en los bestiarios ya que representa la vanidad y el engaño.

Esta imagen narra una historia en que la tigresa encuentra en su guarida a un caballero robando sus cachorros. De inmediato, se lanza a a persecución de ladrón. Cuando este, montado en su veloz caballo, se percata de que está a punto de darle alcance, se vale de un inteligente engaño: le arroja una esfera de cristal. La tigresa es engañada al ver la imagen de sí misma reflejada y cree que se trata de su cachorro. Retrasada por la falsa apariencia, redobla su velocidad a la caza del caballero, quién le lanza otra esfera de cristal que la retrasa de nuevo. La intensidad de su amor materno la traiciona, y la priva tanto de su venganza como de recuperar a su cachorro.

El zorro, la reencarnación de Satán

Para los medievales, el zorro era la representación de Satán, así que, como podéis imaginar, se encontraba en los bestiarios de signo negativo. Junto con el lobo y el oso, son conocidos en los bestiarios por su primitivismo y crueldad. Si bien se reconoce su sagacidad, intrepidez y valentía.

En la ilustración se recoge cómo los zorros son líderes en el arte del engaño inteligente. Si no puede encontrar nada para comer se hace el dormido y simula no respirar. Los pájaros, que se percatan de que no está respirando, le dan por muerto y se posan sobre él y… ¡voilà! la comida está servida.