Si alguna vez imaginamos un extraterrestre, seguro no sería tan extraño como un pulpo. Vamos a los hechos: no tienen esqueleto, poseen tres corazones, la mayoría son venenosos (aunque no para el ser humano),dos tercios de sus 500 millones de neuronas se encuentran en los tentáculos…con los que es capaz de oler, si pierde un tentáculo se regenera en semanas y su pene se desprende tras la cópula. Katherine Harmon, autora del libro Pulpo! La criatura más enigmática de los mares, asegura que “este animal muestra que la centralización encefálica no es la única solución evolutiva para una inteligencia avanzada”. Porque sí, los pulpos son muy inteligentes. En 2003, biólogos del Seattle Aquarium le dieron a Billye, una hembra depulpo gigante del Pacífico (Enteroctopus dofleini) un envase a prueba de niños (de esos que hay que presionar y girar para abrir) y logró descifrar el modo de abrirlo.
Más de 300 millones de años atrás, surgieron los primeros cefalópodos. Y , en palabras del premio Nobel, Sydney Brenner “fueron los primeros seres inteligentes en el planeta”.
Algunos expertos sostienen que, si estos miembros de la familia de cefalópodos vivieran más tiempo (no sobrepasan los cinco años en general) y pudieran aprender más, podrían convertirse en una especie dominante
Pero hasta ahora se ignoraba mucho sobre este animal que se resiste a convertirse en un objeto de laboratorio. Por ejemplo, “cada vez que se le introduce en un laberinto – explica Harmon – se resiste a moverse y se planta en un sitio sin avanzar. Es muy difícil evaluar su inteligencia fuera de su hábitat natural, como ocurre con primates o roedores”.
Por ello, un equipo internacional de científicos de la Universidad de Chicago, la Universidad de California en Berkeley (EE UU) y el Instituto de Okinawa de Ciencia y Tecnología (Japón) han secuenciado por primera vez el genoma de un cefalópodo, el del pulpo de dos manchas de California (Octopus bimaculoides) y aseguraron que tiene “características genómicas únicas”.Para empezar tiene unos 2.700 millones de pares de bases y más de 33.000 genes codificantes, el humano tiene 3.2000 millones de pares de base, pero unos 20.000 genes codificantes. ¿Por qué esa diferencia? Aparentemente casi la mitad del genoma de este cefalópodo está compuesto de transposones, una de las proporciones más altas en el reino animal. Los transposones se mueven libremente, anulando o estimulando la expresión génica, propiciando de este modo la recombinación. De acuerdo al estudio, este y otros factores que aún están analizándose sitúan a este animal “en la cúspide de una opción evolutiva alternativa al ser humano. Nos gusta pensar que somos únicos en este aspecto, pero los pulpos nos demuestran que no es así”.
«El zoólogo británico Martin Wells aseguraba que el pulpo es un alien – concluye Clifton Ragsdale, coautor del estudio publicado en Nature y profesor de la Universidad de Chicago –. En este sentido, nuestro trabajo describe el primer genoma secuenciado de un alien».
Juan Scaliter
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