Como han demostrado numerosos estudios científicos, tener una infancia difícil puede acarrear serias consecuencias a todos los niveles en la etapa adulta de un ser humano. Pero, ¿qué ocurre si eres un babuino, con los cuales compartimos el 94% del ADN? Pues teniendo en cuenta de que nosotros podemos acabar con problemas cardíacos, diabetes, alcoholismo, depresión o trastornos mentales y que un babuino se enfrenta a hechos tales como ser devorado por un leopardo o no saber cómo defenderse ante un depredador… haced vuestras valoraciones. Aquí el que no se consuela, es porque no quiere.
Este desgraciado final es el que tuvieron Puma y Mystery, dos hembras jóvenes de babuino que vivían en las cercanías del Parque Nacional de Amboseli (Kenia). Según narra la Agencia SINC, las dos hembras nacieron en años poco lluviosos y fueron criadas por madres con bajo rango social que murieron poco antes de su tercer cumpleaños. Esto dificultó bastante la vida de las dos jóvenes babuinas, que se vieron solas para solucionarse la vida. A los siete años, Puma murió devorada por un leopardo. Siete años después, su hermana fallecía ante las garras de un depredador. Los babuinos tienen una esperanza de vida de 20 años que, según los investigadores, se reduce al 50% cuando el primate ha sufrido hechos traumáticos en la etapa inicial de su vida.
Según explica un estudio liderado por científicas de la Universidad de Duke, estas hermanas babuinas formaron parte de una investigación que permitió monitorizar la vida diaria de 196 babuinas salvajes durante tres décadas (1989-2013). Los resultados confirmaron lo que otros trabajos ya habían descubierto en seres humanos: que una mala infancia afecta negativamente a la salud del adulto, llevándole incluso a una muerte prematura.
Según explica Jenny Tung, coautora de la investigación, “incluso en ausencia de los factores que explican estos patrones en humanos –como el tabaco, el alcohol o el acceso a la atención médica– la adversidad precoz puede afectar con el tiempo a la supervivencia”. La vida ya es difícil para un babuino en Kenia: depredadores, enfermedades, sequías… pero si a esto se le añade que el primate no ha pasado el suficiente tiempo con su madre para aprender cómo defenderse en un mundo hostil, la supervivencia es casi un milagro. “Los babuinos más vulnerables fueron las hembras que perdieron a sus madres antes de los cuatro años, o cuyos hermanos nacieron antes de ser destetadas”. Además, según explican las autoras, para estos primates la figura de la madre es mucho más esencial que para otras especies incluso en la edad adulta.
Fuente: Agencia SINC
Redacción QUO
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