Hay que pensárselo dos veces cuando tiramos cosas por la taza del váter, porque la humanidad está transformando ya no solo el mundo, sino los animales que viven en él por imprudencias como estas. Un estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido) ha descubierto que los químicos existentes en las píldoras anticonceptivas, sumados a otros de productos de limpieza de la casa o cosméticos, que se tiran por el váter y acaban en los ríos, están transformando el sexo de los peces macho. Estos químicos funcionan de una manera similar a los estrógenos (hormonas femeninas) haciendo que hasta un 20% de los peces de agua dulce estudiados en 50 lugares del Reino Unido, tengan características masculinas y femeninas.
El estudio indica que se reduce de manera considerable sus niveles de producción de esperma, lo que implica un menor éxito en la reproducción. Pero, por otro lado, se observa que algunos de ellos incluso están comenzando a poner huevos. El líder del estudio, el profesor Charles Tyler, indica que no solo afecta a su sexualidad: “Hemos observado que algunos de los químicos pueden tener efectos negativos más amplios en los peces. Por ejemplo, nos hemos dado cuenta de que los estrógenos pueden afectar también a las válvulas de sus corazones. Otros estudios también apuntan que otros químicos, por ejemplo de medicinas antidepresivas, que hacen que se comporten de forma más tímida ante los depredadores”, reduciendo así su instinto de supervivencia.
Fuente: Telegraph
Alberto Pascual García
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