Imagina que estas disfrutando de un día soleado con los niños en tu jardín y de repente aparece una mamá oso y su hijo de visita. Aunque en la distancia los úrsidos son encantadores, lo más prudente para cualquier ser humano es protegerse en un lugar seguro. Eso es exactamente lo que hace la familia del vídeo que veréis a continuación, solo que olvida un pequeño detalle: el flotador con forma de flamenco rosa.
Una vez dentro, es imposible rescatarlo. En algún momento del vídeo se escucha: «Oh no!», lo que es tan solo un preludio de lo que está a punto de ocurrir: un flamenquicidio. Al pequeño oso no le basta con clavar sus garras a la vulnerable creación de plástico y arrebatarle toda posibilidad de recuperar el aire, sino que se lleva también sus restos mortales.
Lo más gracioso es cuando el padre dice «no hagáis nada para asustar al oso». Como si no fuese asustarse viendo una horda de humanos gritando histéricos sobre el cristal. Repito: un cristal.
Sin duda, una historia que es mejor ver:
Redacción QUO
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