Esta bestia monumental dejaría pequeño al mayor mamífero carnívoro, el oso polar.

El de cara corta es probable que fuese una tercera parte más alto que el plantígrado polar al ponerse de pie, y pesaba hasta una to­nelada.

Recuperar su ADN podría ser posible, ya que hay especímenes conservados en permafrost. El pa­riente vivo más cercano del de cara corta es el oso de anteojos, o andino, de Sudamérica.

Las dos especies se separaron de la compañía evolutiva hace solamente unos cinco millones de años, pero desafortunadamente, con solo el diez por ciento de la masa del oso de cara corta, una osa de anteojos no es una candidata particularmente apropiada para madre de alquiler.

Redacción QUO