Isaac Álvarez, ingeniero experto en petróleo y asesor de la Asociación Española de Compañías de Investigación, Producción de Hidrocarburos y Almacenamiento Subterráneo (Aciep)
Para la fracturación hidráulica se utiliza un fluido formado por un 98% de agua y arena, y un 2% de aditivos químicos. Los detractores del fracking, como Pablo Cotarelo, portavoz de Ecologistas en Acción, denuncian que ese 2%: “Contiene hasta 600 sustancias, de las cuales solo conocemos 150”. Opinión que no comparten los defensores, quienes aseguran que, al menos en EEUU, toda esa información es pública y puede encontrarse en esta web, y explican que la mayoría de esas sustancias son totalmente inofensivas. ¿Algunos ejemplos? Cloruro sódico (sal de mesa), ácido cítrico y ácido acético (vinagre), goma guar guar (utilizada en cosmética y en la fabricación de helados), ácido clorhídrico, lejía, y glutaraldehído, butildiglicol (disolvente orgánico), cloruro de colina y polietilenglicol, que se usa para limpiar las cocinas. Argumento que sigue sin convencer a los antifracking, que aseguran que en la larga lista de aditivos químicos usados para la mezcla hay al menos ocho que son carcinógenos bien conocidos.