Viscosa, hambrienta y peligrosa. Esas son las tres características básicas que definen a las babosas terrestres, a quien podríamos describir físicamente como un caracol sin concha ,(pero con más ‘mala baba’). Los que tenéis la suerte de vivir en una casa con jardín es más que probable que las hayáis visto en grupo merodeando por los alrededores del hogar, posiblemente buscando otro lugar en tu terreno donde haya algo más sabroso que satisfaga su rugiente y siempre hambriento estómago.
Habitualmente las babosas terrestres aparecen con el estío. Pero un verano tan húmedo como el de 2015 y un invierno tan cálido como hemos vivido este año, han sido el caldo de cultivo perfecto para crear un peligroso ejército de babosas sin dormir. El problema es que las temperaturas no han sido lo suficientemente bajas como para que a estos moluscos les apetezca hibernar lo que, según los expertos, puede generar un baby boom en la especie que ocasionaría «la devastación de nuestros jardines».
Y es que las babosas terrestres continúan activas cuando las temperaturas se mantienen por encima de los cinco grados. Así que, para no aburrirse durante el invierno y la primavera, han decidido pasar ambas estaciones comiendo y criando como si no hubiese un mañana. Según explica Matt Shardlow, presidente ejecutivo de Buglife, a BBC: «Debido a los cambios del clima, inviernos más cálidos y veranos más húmedos, estamos observando que las babosas se activan durante todo el año».
La cosa se complica por la naturaleza de la especie. Las babosas son hermafroditas y se reproducen a una velocidad pasmosa. Además, las babosas terrestres españolas son especialmente maquiavélicas. Taxonómicamente se la conoce como Arion vulgaris, aunque a los extranjeros europeos les gusta llamarla babosa española. La conocen bien, ya que la hemos exportado a sus países convirtiendo a la especie en una plaga imbatible. Es de gran tamaño (entre 10 y 15 centímetros) y de gran voracidad. Ah. Y es omnívora, por lo que arrasa con campos, lombrices, insectos e incluso se zampa a otras babosas.
Algunas recomendaciones básicas para intentar librarse de ellas son:
Poner cinta de cobre alrededor de las plantas (disponibles en viveros).
Crear una especie de muralla cerca de las plantas realizada con vidrio molido o arena.
Poner plantas acuáticas en las zonas donde hay fuentes, etc., con el fin de que los depredadores de las babosas (tales como ranas) puedan mantener a raya a estas invasoras.
Reducir el número de plantas como geranios (que les encantan) e incluir algunas que las repelan (rosas, helechos o Astilbe)
La Arion Vulgaris no es la única que amenaza con sus ‘antenitas’ desde el jardín. Aquí puedes conocer a las otras babosas terrestres que amenazan con destruir nuestros jardines.
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