Más de 800 fotógrafos aspiraban a ser los ganadores en la primera edición del galardón, pero solo unos pocos han conseguido llegar a la final. Te presentamos las obras más destacadas de estos intrépidos cazadores de fenómenos meteorológicos.
El mar embrabecido es uno de los peligros más importantes al que el ser humano puede hacer frente. Pero también es una de las manifestaciones naturales que más nos atraen, como demuestra que este momento, capturado por Paul Kingston en Cumbria (Reino Unido), haya sido el más popular entre el público que ha votado en el concurso.
Este peculiar fenómeno, conocido como descarga súperatmosférica, tiene lugar a altitudes muy superiores a donde se dan los rayos a los que estamos acostumbrados. Lo más extraño es que estas descargas suben hacia el cielo, como puede intuirse en esta foto de Ben Cherry.
El lago Mono, en California, es un lugar tranquilo… hasta que una tormenta como la que salió al paso de Paul Andrew irrumpe y moja el sosiego de los excursionistas.
No es un pavo real ni la tela más rebuscada jamás tejida. Esta estructura helada es una artística manifestación de la naturaleza que Paul Davies fotografió sobre el parabrisas de un coche.
Varios días de viento del norte, escarcha y nieve pueden convertir una sencilla valla en un espectacular jardín de hielo, como demuestra la imagen de Allan Macdougall.
La escarcha que recubre los tallos se funde en esta fotografía con la fría niebla de Herringfleet Mill, en Suffolk (Reino Unido). La sensación de amanecer en un planeta más frío ha valido a Andrew Bailey para llegar a la final.
Las nubes forman figuras curiosas y, cuando se combinan como en esta foto, crean composiciones de una belleza sublime. Stephen Lansdell no podía imaginar un cielo más tan llamativo como el que fotografió en Nebraska.
Este pico icónico del Matterhorn (Suiza) es visitado, a veces, por excursionistas vaporosos. Stephen Burt ha capturado con su cámara esas nubes que bajan pegadas al suelo, escupiendo una imagen nebulosa del pico, como vapor frío y fantasmagórico.
¿Qué diferencia hay entre esta foto y la que está haciendo el sujeto que saca medio cuerpo por la ventanilla de su todoterreno? Que solo esta muestra la locura audaz de fotógrafos como Tim Moxon, que se dedican a perseguir tornados por Colorado y más allá.
Ante semejante tormenta solo tienes dos opciones: salir corriendo o desafiar al cielo. Camelia Czuchnicki optó por la segunda, cámara en mano, cuando hace dos años las nubes la desafiaron en Nuevo México.
La instantánea de Graham Newman refleja lo intensa y desapercibida que puede llegar a ser la ansiedad humana. ¿Qué tripulante del petrolero Guanabara no estaría al bordo del infarto en este baño de truenos australianos?
Algunos fenómenos atmosféricos solo se observan en los polos. Este tipo de halos son algunos de los más comunes. Fotografías como esta de la estación de investigación Halley, en la Antártida, son algunos de los mejores regalos que pueden hacernos fotógrafos como Michal Krzysztofowicz.