Cachorros huérfanos

Cinco pequeños búhos, cuyos padres han muerto, son “criados” por un muñeco en el Zoo de Southampton. De este modo, se evita que se acostumbren al ser humano.

Así debe sentirse este po­lluelo de periquito de To­vi, o catalnica (Brotogeris jugularis), que ha per­dido su hogar y sus pa­dres por la tala furtiva.

Un lémur de Madagascar, uno de los 17 que viven en cautividad en todo el mundo, se aferra a una “madre peluche” en el Zoo de Besançon, Francia.

Tres cachorros de león que fueron abandonados por su madre son cuidados y alimentados en el Centro para Animales Huérfanos de Kenia.

Tanto la madre como el padre se encargan de la educación de los pingüinos. Esto hace que, al quedar huérfanos, los pequeños se vean doblemente afectados.

Parece decir este orangután de solo cuatro días abandonado por su madre y criado en el el Safari Park de Java, Indonesia.

Una polluelo de pelícano saliendo de su cascarón en el Zoológico de Rotterdam, Países Bajos. Allí tienen un programa para la cría de recién nacidos sin madre.

Un cerdo hormiguero (Orycteropus afer) de dos semanas excavando un hoyo. Este animal, nativo de África, vive bajo tierra, y de muy pequeño aprende a cavar fosas junto a su madre, la encargada de su crianza.

Los hurones son muy sociables, y quedarse huérfanos no les afecta tanto. Su gran curiosidad les hace relacionarse rápidamente.

Una reciente tormenta ha dejado cerca de 300 murciélagos desamparados. De su cuidado se encarga el Hospital de Murciélagos de Australia, ubicado en Advancetown.

Una cría de guacamayo azul (Anodorhynchus hyacinthinus) alimentada por su criador. En la naturaleza, si esta ave sudamericana tiene dos crías, el hermano mayor echa del nido al otro polluelo, para no compartir el alimento.

Las Autoridades del Servicio de Vida Silvestre de Australia intentaron por todos los medios salvar a la ballena Colin. Su vida llegó a ser un asunto de Estado: la ministra de Nueva Gales del Sur empleó todos los recursos para que sobreviviera.