Hay una interesante línea de investigación que busca respuesta a cómo algunos animales consiguen ser auténticos atletas sin entrenamiento previo
Sesiones maratonianas de gym, endemoniados burpees regados con batidos de proteína, plátanos y huevos a granel… No a todos, pero por lo general, al ser humano le cuesta sacar músculo. Ahora pensemos en un ganso, sí, un ganso, un ave migratoria. Va a realizar un viaje de 3.000 km de punta a punta del planeta y, antes de la partida, lo único que hace es reposar y comer mucho.
Hay una interesante línea de investigación que busca respuesta a cómo algunos animales consiguen ser auténticos atletas sin entrenamiento previo. Y no solo les pasa a las aves, los leones, por ejemplo, duermen hasta 20 horas seguidas y comen, con suerte, cada dos días. Hay otras especies que, a ojos humanos, llevan una vida sedentaria, pero en un momento de su vida tienen que hacer un gran esfuerzo físico, y su cuerpo se prepara para ello sin levantar ni una pesa.
La hipótesis de partida es que los animales que se pasan la vida huyendo de depredadores, o siendo depredadores, están siempre en el mejor estado físico posible. Sin embargo, no es del todo así, según demostraba un artículo para el Journal of Animal Ecology,
Los gatos se pasan el día tumbados, pero si hay que correr, dejarían atrás a Usain Bolt. Lo mismo ocurre con los osos polares: salen de varios meses de hibernación con su masa muscular intacta. Los gansos salvajes, a pesar de pasarse la vida sin apenas moverse, desarrollan músculos potentes e incluso un corazón que les permite volar miles de kilómetros en una migración que dura dos días.
En el caso de los osos, por ejemplo, su masa muscular se activa con los cambios estacionales, igual que en las aves migratorias. La caída de temperatura o la falta de alimento desencadena la liberación de moléculas protectoras de la fibra muscular. Sus cuerpos se preparan para un desafío físico mientras ellos están plácidamente a la espera del viaje. También han comprobado que el propio ciclo de luz activa genes que se traducen en músculo para los pájaros. Y esto puede explicar que cualquier ave pueda pasar 10 horas volando nada más salir de una jaula.
Los humanos, sin embargo, tienen que hacer un equilibrio permanente entre ejercicio y alimentación para mantener una buena forma física. Hasta que descubran los mecanismos que permiten hacer músculo mientras uno se echa la siesta con la placidez de un oso hibernando, y a ver entonces quién vuelve al gym.
embargo, tienen que hacer equilibrio entre ejercicio y alimentación para mantener una buena forma física. Hasta que descubran los mecanismos que permiten hacer músculo mientras uno se echa la siesta con la placidez de un oso hibernando.
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