Un equipo de investigadores pone nombre a esta nueva especie y confirma la teoría de que Nueva Zelanda es el lugar de origen de los pingüinos
En el año 2006, unos niños buscaban fósiles en un campamento de verano en Nueva Zelanda, cuando encontraron el esqueleto de un pingüino gigante.
Investigadores de la Universidad de Massey, en Nueva Zelanda, y del Bruce Museum, en Estados Unidos, visitaron Waikato Museum Te Whare Taonga o Waikato, lugar del hallazgo, para analizar con un escáner en 3D los huesos fósiles del pingüino. Los resultados fueron publicados en la revista Journal of Vertebrate Paleontology hace unos meses.
Uno de los autores, Daniel Thomas, explicó que este fósil tiene entre 27,3 y 34,6 millones de años. Además, procede de una época en que gran parte de la región de Waikato estaba bajo el agua.
El equipo lo calificó como “una nueva especie de pingüinos gigantes” y lo han denominado Kairuku waewaeroa, que en maorí hace referencia a sus largas extremidades.
El Aptenodytes forsteri o pingüino emperador puede llegar hasta los 1,2 metros, por lo que esta especie descubierta sería un poco más grande. Las patas más largas lo habrían hecho mucho más alto que otros Kairuku y se trataría de un pingüino de 1,4 metros de altura. También pudo haber influido en lo rápido que podría nadar o lo profundo que podría bucear, agregó Thomas. Los expertos piensan que su pico también era demasiado largo y que tenía forma de lanza.
El equipo dejó constancia de que este descubrimiento nos recuerda que compartimos linajes animales desde hace mucho tiempo, y confirma la teoría de que el origen de los pingüinos está en Nueva Zelanda.
“Fue un privilegio descubrir este enorme pingüino fósil”
Uno de aquellos niños, que por entonces tenía 13 años, es ahora el presidente del Hamilton Junior Naturalist Club, Mike Safey. Dijo que sus amigos y él recordarán esto el resto de sus vidas.
Safey indicó que fue algo raro, pero un privilegio tener la oportunidad de descubrir este enorme pingüino fósil. Siempre animan a los jóvenes a explorar y disfrutar del aire libre porque hay un montón de cosas interesantes por ahí a la espera de ser descubiertas.
El hallazgo del Kairuku waewaeroa sirve a los científicos para continuar avanzando con los estudios sobre la evolución de los pingüinos.
REFERENCIAS
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