La sobrepesca, la pesca ilegal y la creciente comercialización de la carne de tiburón suponen importantes amenazas para las más de 80 especies de tiburones y rayas que habitan el mar Mediterráneo

La investigación examinó los niveles actuales de legislación vigente para proteger las poblaciones de elasmobranquios (que incluyen tiburones, rayas y noriegas) en cada uno de los 22 estados costeros de la región mediterránea.

En estos países, que se extienden desde España y Marruecos al oeste hasta Israel, Líbano y Siria al este, los investigadores identificaron más de 200 medidas que afectan de algún modo a los elasmobranquios, desde la legislación nacional hasta los esfuerzos de conservación llevados a cabo por diversas organizaciones no gubernamentales (ONG).

En general, los países de la Unión Europea lideraron la aplicación de más medidas que los extracomunitarios, siendo España el país con mayor número de medidas en vigor. Los gobiernos lideraron el 63% de las medidas, principalmente relacionadas con requisitos legales.

Sin embargo, aunque los elasmobranquios han pasado a formar parte de muchas agendas políticas, el estudio detectó diferencias considerables en cuanto a la eficacia del seguimiento de la legislación, sin que exista una fuente única de seguimiento de los avances en la conservación y gestión de los tiburones a escala nacional.

Expertos y ONG de toda la región destacaron también que los pescadores desembarcan cada vez más tiburones, de forma intencionada o no, a menudo para satisfacer la demanda de productos derivados.

Poco control de la sobrepesca

Sin embargo, a menudo hay poco control en los lugares donde se desembarcan los tiburones, lo que lleva a los investigadores a pedir una mayor vigilancia para proteger a las especies amenazadas, además de más educación pública e incentivos para que los pescadores utilicen equipos menos peligrosos para las especies de tiburones.

La investigación, publicada en la revista Biological Conservation, representa la primera evaluación a escala regional de las medidas adoptadas para proteger las poblaciones de tiburones a través de la legislación internacional.

Ha sido dirigida por la Dra. Lydia Koehler y Jason Lowther, ambos expertos en derecho medioambiental de la Escuela de Sociedad y Cultura de la Universidad de Plymouth.

La Dra. Koehler, profesora asociada y miembro de la Comisión Mundial de Derecho Ambiental (CMDA) de la UICN, declaró: «Los tiburones forman parte del ecosistema marino desde hace millones de años, con una historia evolutiva anterior a los dinosaurios. Hay más de 1.000 especies de elasmobranquios en todo el mundo, y cumplen una serie de funciones ecológicas, ya sea como depredadores ápice que mantienen poblaciones sanas de especies de presa o como fuente de alimento para otros depredadores. Sin embargo, muchas especies de tiburones del Mediterráneo han sufrido drásticos descensos en las últimas décadas, con más de la mitad de las especies en peligro de extinción, debido en gran parte a la sobrepesca y a presiones relacionadas, como las capturas accidentales. Encontrar formas eficaces de conservarlas es, por tanto, de vital importancia».

El Sr. Lowther, Profesor Asociado de Derecho, añadió: «Este estudio ha mostrado diferencias sustanciales en los esfuerzos de los países en torno a la conservación de los tiburones. Ello puede estar relacionado con el acceso a los recursos, los conocimientos y capacidades disponibles y la voluntad general de desarrollar y aplicar medidas a la luz de otras presiones que compiten entre sí. Lograr resultados positivos para estas especies requiere no sólo el apoyo de los gobiernos, sino también una voluntad política sostenida a lo largo de periodos electorales y un compromiso firme a largo plazo para impulsar el cambio. También requiere la integración de las comunidades de la región mediterránea, y nuestra opinión es que este trabajo representa un punto de partida en ese proceso.»

Recomendaciones para proteger a los tiburones del Mediterráneo

En el estudio, los autores enumeran una serie de recomendaciones que, en su opinión, podrían servir para conservar y proteger mejor las especies de tiburones y rayas en todo el Mediterráneo. Son las siguientes

  • Aumentar la transparencia en todo el sistema: Mejorar las plantillas de presentación de informes para facilitar respuestas más detalladas sobre las medidas adoptadas y tener en cuenta las contribuciones específicas de otros agentes clave facilitaría una mayor transparencia;
  • Ampliar la cooperación y la integración de la comunidad pesquera y el uso de las ciencias sociales: Es poco probable que los problemas de gobernanza de los tiburones se resuelvan sin el apoyo de la comunidad pesquera, y las dependencias y estructuras de la comunidad deben tenerse en cuenta para el éxito de la gobernanza de los tiburones;
  • Ampliar las medidas de conservación espacial: Modificar los objetivos y la gestión de las áreas marinas protegidas existentes que albergan tiburones podría ser una forma de abordar una mejor conservación de estas especies;
  • Aumentar el cumplimiento para reducir las capturas accidentales: La aplicación efectiva de la legislación vigente podría aumentar significativamente los conocimientos sobre las capturas accidentales de tiburones en la región;
  • Aumentar el acceso a la financiación, especialmente para acciones de colaboración entre países: Una revisión de las oportunidades y prioridades de financiación existentes y potenciales podría ayudar a identificar acciones de conservación y gestión para las especies de tiburones y rayas amenazadas y en peligro;
  • Adaptar la investigación a las necesidades políticas para establecer mejores medidas reguladoras: Es necesario coordinar los esfuerzos de investigación en toda la región para poder evaluar las poblaciones y comprender mejor las tendencias de las presiones, las poblaciones, etc.

REFERENCIA

Tracking implementation of shark-related measures and actions in the Mediterranean region in the context of international law

Imagen: El amenazado tiburón nodriza (Scyliorhinus stellaris) frente a las costas de Malta. Crédito: Rasmus Loeth Petersen