Sí, se llaman criofóbicos y, entre otras cosas, tienden a abrigarse más de lo necesario, a no salir de casa cuando hace frío e incluso a mudarse a climas cálidos para evitar ese miedo. Tampoco toman bebidas frías, ni helados, ni hielo. Como en cualquier otra fobia, su respuesta ante el estímulo del frío es irracional y desproporcionada, pero incontrolable, ya que les produce episodios de ansiedad y angustia.

Lo que sí responde a una intolerancia verdadera a las temperaturas bajas es la alergia al frío. La “urticaria a frigore” puede tener diversas causas (metabólicas, por ejemplo), y produce en los pacientes enrojecimiento de la piel, picores e hinchazón de las zonas en contacto.

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Redacción QUO