Hay personas a las que les resulta difícil tomarse un café. Y no porque no les guste su sabor. Sino porque no pueden resistir la visión de esas burbujitas esponjosas que a veces se forman en la superficie de la taza.

Las personas a las que les sucede lo anterior padecen tripofobia, que es la aversión que producen las superficies cubiertas por formas que se asemejan a pequeños agujeros situados demasiado juntos. Hablamos de formas como las de un panal de abejas, pero también de las superficies que resultan muy granulosas.

Tradicionalmente se había pensado que este tipo de fobia estaba relacionado con el pánico a los reptiles, ya que ese tipo de texturas recuerda levemente a las de la piel de algunas serpientes. Pero, ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Kent tiene una nueva teoría.

Según los autores del estudio, los relieves que provocan tripofobia, recuerdan a muchas de las erupciones cutáneas que provocan los parásitos. Los investigadores compararon patrones tripofóbicos con los que producen enfermedades como el sarampión, la rubeola, o los que causan diversos parásitos. Y los resultados mostraron interesantes similitudes.

Por ese motivo, creen que este tipo de fobia lo que en realidad escondería sería un miedo inusual a contraer algún tipo de infección.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López