Cuidarse, en cuerpo y mente, para poder estar física y psicológicamnete preparado para cuidar a los demás. Un nuevo estudio (realizado por Eli Puterman, profesor de la Facultad de Quinesiología de la Universidad de Columbia Británica) asegura que la práctica habitual de ejercicio entre los cuidadores de personas dependientes es esencial, y advierte que es algo que se debería potenciar.
Con el objetivo de demostrar estas afirmaciones, Puterman realizó una investigación con personas físicamente inactivas que cuidaban a miembros de su familia con enfermedades como el Alzheimer o la demencia. Todos ellos aseguraban tener altos niveles de estrés.
Inactividad y altos niveles de estrés: una mezcla explosiva
Los 68 participantes se dividieron de forma aleatoria en dos grupos. Un grupo hizo 40 minutos de ejercicio aeróbico de tres a cinco veces por semana (durante seis meses), mientras que al segundo grupo se le pidió no modificar su nivel de actividad habitual. Los miembros del grupo de ejercicio tuvieron acceso libre a un gimnasio y a un preparador físico todas las semanas. El 81% de ellos cumplió con al menos 120 minutos de ejercicio a la semana.
¿Cuáles fueron los resultados? Se pudo demostrar una clara mejoría tanto en su estado cardiorrespiratorio, como en su índice de masa corporal y su cintura (que se habían reducido notablemente). Además, los niveles de estrés también bajaron.
Además, los investigadores hallaron que el ejercicio había influido en los glóbulos blancos de los participantes. Los telómeros (los extremos de los cromosomas cuya función es protegerlos) eran más largos en los glóbulos blancos de los cuidadores que habían realizado ejercicio. Así pues, llegaron a la conclusión que el ejercicio también retrasa el envejecimiento de los telómeros.
Los expertos advierten de la necesidad de crear campañas de concienciación con el fin de que los cuidadores familiares puedan llevar a cabo una vida saludable, que incluya ejercicio regular, por supuesto.
Fuente: Eurekalert.org
Redacción QUO