La publicación Journal of Investigative Medicine High Impact Case Report recoge el caso de una mujer estadounidense que, dos meses después de regresar de su luna de miel en Belice, descubrió en su piel lo que parecía la mordedura de un insecto. Los médicos pensaron inicialmente que se trataba de la picadura de una araña tropical, así que le recetaron antibióticos, pero la paciente no mejoró.
En un segundo examen médico, notaron que la zona de la picadura estaba dura, como si hubiera algo dentro. Y, efectivamente, los médicos extrajeron del interior la larva de un insecto. Concretamente se trataba de una larva de éstrido, un tipo de díptero parecido a una abeja que vive en climas cálidos y tropicales.
Una de las peculiaridades de este insecto es que, algunas de sus variedades no inyecta huevos, sino larvas ya formadas en el organismo que quieren parasitar. Pero, hay otras variedades de la misma especie que parasitan de forma indirecta. Es decir, las hembras colocan sus huevos en otro insecto, generalmente una mosca o un mosquito, y es este quien los inyecta a través de su picadura en el cuerpo de la víctima.
La enfermedad que provocan estos insectos al parasitar a un animal o un humano con sus lavas, se llama miasis. Es muy molesta, pero no resulta mortal, salvo en casos en los que se produce una parasitación masiva, y algunas de las larvas llegan a zonas especialmente delicadas como el cerebro.
Fuente: IFL Science.