La OMS no pretende que entremos en pánico, pero sí que estemos alerta que hay un problema grave de salud que está acabando con una parte importante de la población. Si no movemos ficha, la cosa puede ir a peor. Y es que desde hace meses, las cifras del ébola en la República Democrática del Congo (RDC) avanzan sin descanso y el porcentaje de mortalidad de esta epidemia (cepa Zaire, la más letal de todas) supera ya el 65 % y alcanza ya más de 1.600 fallecidos.
Tal y como recoge la agencia de noticias SINC, debido a la gravedad de esta situación, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró que el brote es una emergencia de salud pública de interés internacional.La recomendación se produjo tras el primer caso confirmado en Goma, una gran ciudad de casi 2 millones de personas, en la frontera con Ruanda, que actúa como puerta de entrada al resto del mundo: «Necesitamos trabajar juntos en solidaridad con la RDC para poner fin a este brote y construir un mejor sistema de salud. Durante casi un año se ha realizado un trabajo extraordinario en las circunstancias más difíciles. Ahora debemos asumir una mayor parte de la carga».
Uno de los principales problemas que destacan desde el Comité de Emergencia de la OMS es el retraso en la financiación, lo que limita de forma considerable la respuesta sanitaria. El equipo allí reunido advierte de la necesidad de proteger los medios de subsistencia de las personas más afectadas, manteniendo abiertas las rutas de transporte y las fronteras: «Es esencial evitar las consecuencias económicas punitivas de las restricciones a los viajes y al comercio de las comunidades afectadas», afirma Robert Steffen, presidente del Comité de Emergencia.
Hay que estar alerta
Al recomendar la emergencia internacional, el comité hizo recomendaciones específicas: «Esta declaración no debe ser usada para estigmatizar o penalizar a las personas que más necesitan nuestra ayuda», apuntó Tedros. Y destacan la importancia de tomar acciones para no contagiarse.
El Ébola, causado por el virus del mismo nombre, es una de las patologías más mortíferas para el ser humano. De hecho, ya en 2014 varios países de África occidental sufrieron una epidemia sin precedentes que se saldó con casi 30.000 infectados y más de 11.000 muertos.
Fue identificado por primera vez en 1976, a raíz de brotes simultáneos en los pueblos de Nzara (Sudán) y Yambuku (Zaire, actual República Democrática del Congo). Desde entonces se han registrado unos 30 brotes o epidemias, mayoritariamente en el continente africano, con una mortalidad superior al 90 % en sus cepas más letales.
No se transmite por el aire, sino que se produce por contacto con fluidos corporales. Por ello, tanto las familias como el personal sanitario son los más vulnerables. No existe un tratamiento específico contra el virus y hasta hace poco tampoco había vacuna.
Fuente: SINC
Alberto Pascual García