El verano invita a disfrutar del agua. Si además aprovechamos para practicar deporte, tanto la salud mental como física notarán sus beneficios, siempre que se realicen de forma segura. Puede ayudar a combatir problemas tan comunes como el estrés o la ansiedad, así como evitar lesiones y fortalecer los músculos de todo el cuerpo. “A diferencia de otros deportes, en el agua las articulaciones no reciben tanto impacto, peso y por tanto se desgastan menos. Este tipo de ejercicio resulta menos agresivo para los huesos y articulaciones”, indica Cristian Herranz, fisioterapeuta y entrenador personal de Blua de Sanitas.
“Además, muchos deportes acuáticos permiten combinar ejercicios aeróbicos, de resistencia, y anaeróbicos, de fuerza, haciéndolos una actividad ideal para ejercitar todo el cuerpo”, insiste. Son deportes, según este experto, muy recomendables para aquellos que necesiten rehabilitación tras lesiones musculares o articulares sobre todo en primeras fases de readaptación o rehabilitación. También para mayores, ya que son muy beneficiosos para patologías como la artritis, artrosis, osteoporosis.
Las actividades deportivas que destacan los expertos son, además de la natación, cuyo potencial para aumentar la capacidad pulmonar y la salud cardiovascular está documentada, los siguientes:
Paddle surf
En los últimos años se ha convertido en uno de los deportes estrella en las playas y pantanos. Se trata de un ejercicio donde, ayudados de un remo y sobre una tabla de surf de grandes dimensiones, se surca la superficie del agua. Esta actividad es ideal para ejercitar todo el cuerpo y apto para niños y adultos, ayuda a tonificar y mejora el equilibrio ejercitando la parte del CORE.
Aquagym
La gimnasia en el agua es una de las actividades físicas más practicadas durante todo el año. Los beneficios de ejercitarse en la piscina, en contraposición a hacerlo en un gimnasio convencional, van desde un mayor gasto calórico, por la resistencia del agua, hasta la posibilidad de realizar ejercicio con mayor frecuencia y duración, debido al menor desgaste de articulaciones. A pesar de ello, es importante no olvidar prepararse de forma adecuada estirando y calentando antes de empezar la actividad. De este modo, se prepara al cuerpo y se evitan lesiones tanto musculares como óseas.
Piragüismo
Ya sea con piragua, canoa o kayak, mejora la coordinación y es perfecto para realizar en grupo, favoreciendo también el disfrute y cohesión de los miembros que la realizan, que ayudan a reducir los niveles de estrés y ansiedad. A nivel muscular, son ejercicios que permiten adaptarlos a la condición física de cada persona y fortalecen brazos y espalda gracias al impulso con remo. «Como recomendaciones generales, es importante conocer la zona donde se va a practicar y evitar aguas abiertas o revueltas si no se tiene experiencia. Proteger la piel del sol e hidratarse correctamente para evitar golpes de calor es también imprescindible», matiza Herranz.
Esquí acuático
Se trata de uno de los deportes de agua más exigentes, especialmente a nivel muscular, y requiere de una serie de entrenamientos previos que adapten al cuerpo. Con el esquí acuático se entrena todo el tren superior y mejora la habilidad y destreza de quien lo practica. Al tratarse de una actividad que demanda fuerza y musculatura, no es conveniente para personas con escaso entrenamiento o aquellos que no estén familiarizados con el medio acuático.
Marian Benito