Investigadores de la Universidad Complutense quisieron saber cuánto tarda en impactarnos una palabra, dependiendo de su intensidad. Para ello, las usaron de varios tipos, jugando con lo familiares que eran y con la carga positiva o negativa que tuvieran. Ocurrió algo de esperar: los vocablos más familiares neutros (ni buenos, ni malos, como “mano”) ganaban la carrera frente a los neutros menos frecuentes –tardamos más en caer en qué significan–. Pero si las palabras eran infrecuentes y negativas, “corremos” un poco más para entenderlas, porque son motivo de alerta.
Redacción QUO
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…