Cuando alguién pide a Jonathan que imagine números, siempre los ve en una ubicación espacial concreta delante de él. Todos, del 1 al 60, se le presentan dispuestos de forma secuencial en una línea de números que aparece minuciosamente retorcida, lo que le ayuda a hacer operaciones aritméticas”, así lo explica el profesor Vilayanur S. Ramachandran en su libro Lo que el cerebro nos dice (Ed. Ariel) cuando habla de este caso que se le presentó en la consulta.
Al común de los mortales, si alguien nos pide que visualicemos los números del 1 al 10, lo haremos representados secuencialmente en el espacio, de izquierda a derecha, tal y como los ponía nuestra profesora de matemáticas en la pizarra. Entonces, ¿a qué se debe la forma en que Jonathan los ve, retuerce y deforma?
Los matemáticos, suelen decir que ven los números así, dispuestos en el espacio, de manera que es mucho más fácil para ellos descubrir relaciones que a los demás nos pasan desapercibidas.
Así se descubrieron el último teorema de Fermat y la conjetura de Goldbach. Según Ramachandran, Einstein también reconoció que veía los números así dispuestos en el espacio.
La razón de este superpoder la descubrió sir Francis Galton, un primo de Charles Darwin y uno de los científicos más excéntricos de su época, que fue el primero en hacer un estudio sistemático de la sinestesia. Este fenómeno consiste en la interferencia de sensaciones procedentes de sentidos diferentes como resultado de una mutación ligada al cromosoma X. Así, un sinestésico puede oír colores, ver sonidos y, en el caso de Jonathan, visualizar los números como si estuvieran vivos, en una línea serpenteante y retorcida, que incluso puede doblarse sobre sí misma. Y es que, según apuntó Galton, se trata de una clase de sinestesia, menos común, a la que denominó de “formas numéricas”. Pero ¿cuál es la razón?
Aunque no hay evidencia científica, el doctor Ramachandran explica que la capacidad de nuestro cerebro para representar conceptos como los matemáticos en el espacio de forma lineal es muy antigua. Sin embargo, es posible que en el caso de quienes padecen este trastorno una mutación en un gen les haga reelaborar las secuencias numéricas de esta forma tan peculiar.
Cerebro matemático
Una zona del cerebro, la circunvolución fusiforme, es la encargada de que reconozcamos los números, mientras que conceptos como la secuencia y la cantidad están en la circunvolución angular. La capacidad de multiplicar reside en nuestra memoria.
Redacción QUO
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