Ya tengo pensada la carta para los Reyes Magos del año que viene: ropa talla XXL. ¡Qué gozada entrar de nuevo en ese establecimiento en el que el dependiente me dijo hace unos años que no existía ropa de mi talla¡ ¿Cómo que no existe, de dónde cree que he sacado la que llevo puesta más que de una tienda?, le contesté.
Sí la hay, pero cuesta encontrarla. En Madrid tengo que ir a C&A y a Decathlon, en el resto de tiendas las posibilidades se acaban en una talla XXL, y yo hace tiempo que dejé de usarla. De joven utilizaba una 42-44 de pantalón, y ahora una 64. Y de camiseta uso una 3 XL o 4 XL, como tres veces una talla M.
Más complicado es encontrar un repertorio variado. Con estas tallas acabas acostumbrándote al chandal, lo más práctico. También te acostumbras a los arreglos porque, según la lógica de los fabricantes, si tu cintura es grande, tu estatura también lo es. Así que lo normal es que cuando compras unos pantalones te sobre pierna para hacerte unos calzones.
Redacción QUO
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