¡Quien nos iba a decir que los tiburones iban a ser nuestros mejores aliados en la lucha contra la enfermedad de Parkinson! Porque una investigación realizada por un equipo de la Universidad de Cambridge, y en la que ha participado la española Nunilo Cremades, investigadora Ramón y Cajal del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos, de la Universidad de Zaragoza, ha descubierto un compuesto químico en el hígado de estos animales, que podría servir para neutralizar dicho mal.
Dicho compuesto recibe el nombre de escualamina e inhibe los procesos iniciales que llevan a la proteína alfa-sinucleína a formar los llamados cuerpos de Lewy. Se trata de unas estructuras proteicas redondas y lisas, que se observan en los núcleos de las neuronas cerebrales de pacientes que padecen diversos trastornos, entre ellos las formas esporádica y hereditaria del parkinson. Y en aquellos casos en los que esas estructuras ya se han formado, tiene la propiedad de reducir su nivel de toxicidad.
La investigación abre la puerta a la creación de fármacos derivados de la escualamina, que sirvan para neutralizar el avance del parkinson. Aunque este compuesto también está siendo utilizado en estudios sobre posibles tratamientos para algunos trastornos oculares y para varias formas de cáncer.
Vicente Fernández López
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