Tras una noche de fiesta en la que el alcohol ha estado presente, todos sabemos lo que viene a la mañana siguiente si te has tomado unas copas de más: dolor de cabeza, náuseas, pesar, sensación de ‘cuerpo escombro’… Una metafórica visita al infierno que llamamos resaca. Pero según ha descubierto recientemente un grupo de investigadores, se puede dar la vuelta a esta terrible situación y convertirla en un momento de humor, entretenimiento y vinculación emocional de forma muy sencilla.
La investigación ha analizado detenidamente la estrecha relación de los estudiantes universitarios con las resacas. Los investigadores, les preguntaron sobre las soluciones que buscaban ante esta situación y los efectos psicológicos y sociales que tenía en sus vidas.
Como todos sabemos, el alcohol es una droga que altera el estado de ánimo y provoca sentimientos de euforia, relajación y positividad y, a su vez, reduce la ansiedad y la tensión. También es una droga bifásica, lo que significa que tiene dos fases distintas de acción. La primera provoca en la persona un estado de ánimo positivo y eufórico conforme va aumentando la concentración de alcohol en la sangre. La segunda fase ya no es tan divertida, ya que invade al individuo de un sentimiento de fatiga que deja el estado de ánimo por los suelos.
Todos los estudiantes, entrevistados en una universidad del suroeste de Inglaterra, mencionaron el impacto psicológico de las resacas. Hablaban de sentirse bajos de moral, irritables, enfadados, tristes y solitarios. Pero también afirmaron que reducir el consumo de alcohol no era una opción para minimizar los efectos. Las resacas eran visto como algo tan algo normal que incluso tenían un hueco reservado en su agenda diaria. Es decir: las resacas no incentivan el reducir el consumo de alcohol en los jóvenes.
Es más, esta situación fue vista como algo positivo para la socialización de un grupo. Compartir experiencias comunales de resaca fue destacado como algo beneficioso, por tener que sufrir las consecuencias «todos juntos». Muchos añadieron que estas son parte de la experiencia universitaria.
¿Es la compañía de un buen amigo el mejor método para dar esquinazo a la resaca? Según un estudio realizado con ratones, 18 horas después de la intoxicación alcohólica, el comportamiento social de los roedores se reduce. El experimento también fue capaz de ver las diferencias en el comportamiento social entre roedores de distintas edades: los ratones adolescentes se involucraron en una interacción más social cuando estaban de resaca que los roedores adultos. Las conclusiones de la investigación fueron que las ratas adolescentes podrían ser menos sensibles a los efectos de la resaca en cuanto a ansiedad y sociabilidad. Qué casualidad, igual que ahora se ha observado en seres humanos.
Rafael Mingorance
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