Las lesiones en la médula espinal son especialmente complicadas de tratar, y muy preocupantes por las graves consecuencias que pueden tener. De hecho, la rotura de la misma provoca una parálisis total y la pérdida de la sensibilidad en el cuerpo. Por eso, es tan importante la investigación que ha realizado un equipo de la Universidad de Beihang, en China, que ha logrado recuperar parcialmente a monos con la médula espinal dañada.
Para conseguirlo han creado un nuevo material bioactivo llamado NT3-chitosan. Lo han fabricado usando dos ingredientes principales: chitosan, también llamado quitosano, que es un polisacárido que está presente en los exoesqueletos de los artrópodos, y neurotrofina-3, una proteína del factor del crecimiento que ayuda a la supervivencia y la diferenciación de las neuronas existentes, y potencia el crecimiento y la diferenciación de nuevas neuronas.
Los investigadores hicieron una abertura de un centímetro en la médula de varios monos rhesus con lesiones en dicha área, y colocaron en ella el chitosan que creó una especie de andamio, sobre el cual fueron añadiendo la neurotrofina-3. El proceso se prolongó durante catorce semanas. Y el efecto fue que estimuló la regeneración de las células madre neuronales, que a su vez crearon nuevas neuronas, reparando parcialmente el daño medular.
Y los monos que recibieron el tratamiento recuperaron parte de su movilidad y de la sensibilidad corporal.
Fuente: IFL Science.
Vicente Fernández López
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