La sorpresa de esta mujer de Maryland, llamada Eden, fue enorme tras dar a luz, y no precisamente por haber traído una sana bebé al mundo, sino porque los médicos le notificaron que había dado positivo por opiáceos en un test de orina.
Ella, sorprendida de que los facultativos le estuvieran poniendo en cuestión sobre la razón de este positivo, trató de encontrar una explicación (ya que no era consumidora de drogas). Lo único que podía recordar es que la misma mañana que dio a luz había comido un bagel (un pan) con semillas de amapola, una flor que había escuchado en más de una ocasión podía llegar a dar positivo en caso de someterse a un test.
A pesar de que Eden pidió que le hicieran los análisis una vez más, desde el hospital rehusaron a ello e informaron a las autoridades de esta situación. De hecho, por culpa de ello, su hija tuvo que pasar 5 días más ingresada en el hospital, mientras que un trabajador social valoraba el comportamiento de la madre durante estos días. Ella insistió en lo que había comido esa mañana antes de dar a luz y se amparó en lo que se conoce como “defensa del bagel de semillas de amapola”.
[image id=»97855″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Este tipo de defensa, que se hizo famosa en un episodio de Seinfield, le ha funcionado a aquellos que han sido capaces de demostrar que habían comido este alimento horas antes de haberse sometido a un test de drogas.
Ya en 2013, una mujer de Pensilvania a quien le quitaron su hija por un positivo en drogas al dar a luz a su hija (un caso prácticamente parecido al de Eden) ganó el caso en los tribunales y ganó 125.000 euros. Otra mujer, al año siguiente, ganó también otro caso después de que le quitaran a su bebé durante 75 días después de no pasar este test de drogas tras dar a luz a su bebé.
En el caso de Eden, tras comprobar la veracidad de su historia, los trabajadores sociales cerraron su caso y le devolvieron a su hija, pero asegura haber vivido un auténtico infierno.
El opio es una sustancia que se extrae de las cabezas verdes de la planta conocida como adormidera, Papaver somniferum o amapola común. Además de sus propiedades analgésicas, hipnóticas y narcotizantes, su mayor problema es que su consumo puede provocar dependencia.
Del opio, por ejemplo, se extraen productos como la morfina, la heroína y la codeína. Pero, ¿qué sucede con las semillas? El contenido de morfina que puede haber en ellas depende del lugar donde se ha hecho la cosecha o la manera en la que se lleva a cabo, lo que puede hacer que las trazas sean suficientes como para dar un positivo en opiáceos tras comerlas. Pero, ¿cuántas deberíamos comer para que esto sucediera? Puede variar según también el organismo de la propia persona y cómo ha digerido estas semillas. La única recomendación que podemos darles es que si conoce que va a pasar por un test de drogas, ya sea en el médico o en el trabajo, al menos esté unos 3 días sin consumir alimentos que puedan tener estas semillas.
Fuente: Time
Alberto Pascual García
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