Lo natural. Surge una nueva necesidad (por ejemplo, un cambio de trabajo).
El organismo se activa, y esto es lo natural y saludable.
Se dispara el nervio simpático y se liberan adrenalina y otras hormonas del estrés.
El dilema. No podemos con esa nueva situación. Buscamos energía extra para mantener la alerta, y ese “subidón” hormonal se mantiene en nuestro organismo innecesariamente.
Agotamiento. No podemos gestionar esa sobrecarga. El organismo no cumple bien sus funciones digestivas, circulatorias, respiratorias y reproductoras. Aparecen los síntomas típicos del estrés.
Redacción QUO
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…
El bisfenol A (BPA) es un disruptor endocrino que está desapareciendo poco a poco de…
Un delfín solitario del Mar Báltico ha sido grabado hablando solo, lo que lleva a…
Un nuevo estudio traza una espectacular explosión de 100 millones de años en las señales…
Durante la llamada Crisis de Salinidad del Messiniense, el nivel del mar Mediterráneo era alrededor…
Ya sea rojizo, cobrizo o anaranjado, el cabello rojo seguirá formando parte de nuestra diversidad…