Una de las mayores incógnitas de la crisis provocada por el coronavirus causante de COVID-19 es si se extinguirá la amenaza con la subida de la temperatura en primavera. ¿Hay lugar para la esperanza?
“Cómo afectará el aumento de temperatura al coronavirus es algo que nos preguntamos todos”, asegura a QUO.es Ignacio Jesús Molina Pineda, catedrático de Inmunología de la Universidad de Granada. “En general, en los virus de transmisión aérea, como ocurre con el de la gripe, la temperatura dificulta su transmisión y este factor, si influyera del mismo modo en el coronavirus-2, ayudaría a aplanar la curva. Por eso podemos tener la esperanza de que cuando suba la temperatura la infectividad baje, pero no tenemos ninguna certeza”.
Un estudio de la Universidad de Maryland es el único hasta la fecha que relaciona latitud, temperatura y humedad con la expansión del coronavirus. Mediante una simulación matemática ha podido mostrar que una franja concreta de temperatura y de humedad relativa favorece su expansión.
«El mapa muestra que todos los nuevos epicentros del virus estaban aproximadamente entre los 30-50º de latitud norte: Corea del Sur, Japón, Irán y el norte de Italia», escriben los autores.
En Madrid, la ciudad española más afectada por el brote, el promedio de la temperatura ha estado entre los cuatro y los 12 grados.
Las zonas más afectadas por el coronavirus muestran temperaturas medias de entre 5ºC y 11ºC, y en humedad relativa (de entre el 47 y el 79%) además de en la latitud, tal y como demuestra el mapa. En Madrid, la ciudad española más afectada por el brote, el promedio de la temperatura ha estado entre los cuatro y los 12 grados. Atendiendo a esta simulación, la primavera, que aumentará la temperatura por encima de los 12º, también podría tener un efecto mitigador de la expansión del virus.
Para dar respuesta con certeza a esta pregunta, se han abierto numerosas investigaciones en el mundo. Una de ellas en el departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Utah (EE.UU) que hoy ha hecho un comunicado oficial sobre su proyecto.
En Utah van a analizar si la estructura externa del SARS-Cov-2 resiste los cambios de temperatura y humedad que la primavera trae consigo. Los físicos van a crear partículas de coronavirus sintéticas, en laboratorio, sin genoma. Es decir, van a reproducir su ‘carcasa’, sin contenido genético. Así que no podrá infectar ni replicarse.
“Estamos haciendo una réplica fiel del virus. La idea es descubrir qué lo destruye, qué lo hace funcionar, y qué lo hace morir»
A partir de ahí, probarán si la estructura externa del coronavirus resiste los cambios de humedad y temperatura, y en qué condiciones se rompe. Los resultados ayudarán a dar respuesta a cómo se comportará el virus con el cambio de estación, y en diversas condiciones ambientales, incluso cómo le afecta el aire acondicionado dentro de una oficina “Estamos haciendo una réplica fiel del virus. La idea es descubrir qué lo destruye, qué lo hace funcionar, y qué lo hace morir «, ha declarado Vershinin, co-investigador principal. “Esto no es una vacuna. No resolverá la crisis, pero con suerte ayudará a tomar decisiones políticas en el futuro”.
Gracias a que se ha secuenciado su genoma. De este modo, los investigadores han buscado la parte del genoma del SARS-COV-2 responsables de dar forma a su estructura, y ahora están sintetizando estos genes para que generen las proteínas que dan forma a la ‘carcasa’ des coronavirus.
La idea general de por qué otros virus, como el de la gripe, disminuyen en primavera/verano tiene que ver con que las condiciones ambientales afectan a su estructura. De ahí que les interese especialmente ver cómo se rompe esa estructura de forma natural.
“El coronavirus se propaga de manera similar al virus de la gripe, en pequeñas gotas suspendidas en el aire. La idea predominante es que los virus pierden infectividad porque las partículas pierden integridad estructural cuando aumenta la humedad y la temperatura”, dijo Saffarian, también investigador en este proyecto.
El laboratorio de Saffarian se enfoca en virus que, como el coronavirus, contienen cadenas de ARN. Su laboratorio utiliza muchas herramientas para rastrear el comportamiento de partículas de virus individuales, incluido el VIH.
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