Se suele manifestar al hacer algún esfuerzo, aunque también puede aparecer en situaciones de reposo si la arteria coronaria está muy obstruida. La rapidez es determinante para evitar un desenlace fatal. Detecta el dolor.Las molestias se localizarán en el centro del pecho o ligeramente hacia la izquierda. Se produce una sensación como de presión continua, de losa sobre el pecho. Es muy probable que también tengas dolor hacia el brazo izquierdo, el cuello y la boca del estómago. Puede que sudes y tengas ganas de vomitar. Busca en el botiquín. Si estás solo, toma una aspirina, porque además de su efecto antiinflamatorio, disminuye la agregación de plaquetas que reducirán el riesgo de un trombo. Si es a otra persona a la que le ocurre, también puedes ayudar. Masajea. Realízalo en la línea intermamaria. Apoya el talón de una mano y pon la otra encima, con los dedos entrelazados. Los brazos deben estar rectos, perpendiculares al suelo. Realiza series de 30 compresiones con dos ventilaciones boca a boca. Aplica toda la fuerza que puedas. La compresión debe hundir el pecho cinco centímetros. Pide ayuda. Cada cinco ciclos conviene que cambie el masajista, porque es un ejercicio muy duro. Lo conveniente es realizar más de cien compresiones por minuto.