Recordemos la noche del 5 de febrero de 2018. En Mineápolis tiene lugar el acontecimiento televisivo del año: la final de la Super Bowl entre los New England Patriots y los Philadelphia Eagles. Millones de hogares preparan la cena, en la que no faltarán la cerveza fría, varias pizzas, patatas fritas y montones de nachos para untar en kilos y kilos de… ¡guacamole! Sí, Estados Unidos es el principal consumidor de esta salsa verde en la que el ingrediente básico es el aguacate. Tal es la demanda, que México tuvo que enviar un mes antes del partido 100.000 toneladas de esta fruta exótica, de las cuales 35.000 se consumieron esa misma noche (más de la mitad de toda la producción española de aguacate en la temporada 2017-2018).
No son los únicos que se están dejando seducir por el “oro verde”. El mercado europeo también quiere descubrir los encantos y beneficios de esta fruta. En tan solo 4 años, el consumo se ha disparado un 65 %, pasando de las 281.000 toneladas que se vendían en 2013 a las 463.000 de 2017.
El nombre proviene de los aztecas, de la palabra “ahuacatl”, que significa “testículo”. Fue uno de sus primeros cultivo.
El problema es que la demanda es mayor que la oferta y los países productores se las ven y se las desean para cubrirla en todo el mundo ¿Llegará a explotar la burbuja? ¿Puede llegar a morir de éxito? El aura que rodea a este alimento es sinónimo de éxito y otorga un estatus chic a quien lo consume. ¡Ay de quien diga que no le gusta el aguacate!
Mi ‘medio aguacate’
A día de hoy es la fruta millennial por excelencia, así que odiar este fruto en público puede suponer un destierro, ser tachado de poco sano y de no estar a la última. Y es que comer aguacate es trendy, un modo de vida, una religión que debe reflejarse en redes sociales a bombo y platillo (porque si no lo muestras parece que no lo comes). Cientos de influencers no dudan en compartir ese amor en Instagram o Facebook a través de imágenes con las principales etiquetas relacionadas con el fruto #Avocados, #AvocadoToast, #AvocadoLove… Perfectos desayunos con tostadas decoradas con aguacate en forma de flor, el último brunch en el ‘avocado bar’ de moda donde no puede faltar junto a tus huevos benedictine, nuevas recetas y combinaciones gastronómicas inimaginables con cerveza, helado o batidos… incluso hay personas que han decidido hacerse tatuajes con ellos para expresar no solo su amor a la fruta, sino también a sus parejas. ¿Dónde se ha quedado la “media naranja”? Ahora los millennials buscan su “medio aguacate” y cuando lo encuentran lo reflejan con frutas partidas por la mitad y tatuadas en cuerpos diferentes. Pero la creatividad puede ir más allá y se graban cortometrajes indies donde el protagonista es la mitad de un aguacate buscando a su pareja en mitad de Nueva York (The Pits, de David Bizzaro). ¿Acabará encontrándola?
Lo que sí que imaginamos es a dónde irán de vacaciones: a Puerto Vallarta. Con motivo del Día de la Independencia de México, el Hotel Casa Velas ha decidido crear en septiembre un programa que durará varios días en el que todo gira alrededor del fruto milagroso y sus beneficios para la salud (rico en vitaminas, antioxidante, cero colesterol): desde masajes y tratamientos faciales con cremas elaboradas con su pulpa hasta menús en los que todos los platos se cocinan con el alimento estrella: burritos de aguacate, ceviche de aguacate, tiramisú de aguacate…
¿Producto ecológico?
Según la asociación Water Footprint Network, para producir 1 kilo de aguacates se necesitan al menos 2.000 litros de agua para regar los árboles de palta donde crecen. Una información publicada en el diario británico The Guardian en mayo y con la que criticaban la cantidad que se invierte en sacar adelante tan solo 1 kilo de esta fruta. Más aún cuando, en países como Chile, la escasez de agua en las regiones de Petorca y Valparaíso ha obligado al Gobierno a limitar su consumo a 50 litros por persona para sacar adelante los cultivos. Este artículo ha generado polémica y ha llegado a España, único productor de toda la UE, que apunta que esas cifras no son ciertas. La Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA) apunta que el máximo que gastamos en las principales áreas de producción (Málaga, Granada, Canarias) para sacar un kilo adelante puede ascender a 757 litros. Igualmente, resultan cifras escandalosas si las comparamos con el consumo medio de una persona al día: 132 litros. Necesitamos casi 6 días de nuestra vida por kilo de fruta. No quedan ahí las polémicas. Según la ONU, en el mundo se cultivan unos 5,7 millones de toneladas de aguacate. De ellas, un tercio se produce en México, sobre todo en la región de Michoacán, donde en 10 años se han ampliado los terrenos de cultivo un 65 %. Su alta demanda, sobre todo desde EE. UU., hace que los cárteles de la droga de la zona se hayan apoderado de esta nueva forma de inyectar dinero líquido de manera legal. La lucha por controlar la producción de un fruto que se vende a cifras astronómicas está causando una escalada de tensión que no sabemos cuándo explotará.
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