Una etiqueta impresa dentro del envase permite detectar la contaminación bacteriana en los productos lácteos
Investigadores de la Universidad McMaster, en Canadá, han desarrollado un sistema para detectar la contaminación bacteriana en los productos lácteos mucho antes de llegar a consumirlos utilizando un parche impreso. Así, productores, envasadores y minoristas podrán observar si los productos lácteos se han estropeado simplemente leyendo la etiqueta del envase.
Según los investigadores, esta etiqueta puede adaptarse para detectar los patógenos alimentarios más comunes. También se espera que sea eficaz con otros alimentos y bebidas, reduciendo el desperdicio de alimentos.
El autor del artículo, Tohid Didar, explicó que la leche es similar a la sangre, ya que puede encubrir la presencia de patógenos y hace difícil encontrarlos. Este método funciona aislando trazas de bacterias infecciosas en los productos lácteos, algo que hasta ahora había sido muy complicado de manejar a nivel técnico.
La prueba consiste en imprimir la superficie interna de un recipiente con un parche insípido y apto para alimentos que repele todo menos los organismos objetivo. Un biosensor activa un cambio en el parche cuando se detectan dichos organismos.
Los autores de la investigación sembraron leche entera con Escherichia coli (E. coli) para demostrar que la tecnología puede detectar incluso trazas de la bacteria. Además, están trabajando con Toyota Tsusho Canada, Inc., una subsidiaria indirecta de Toyota Tsusho Corporation en Japón, para desarrollar y comercializar un prototipo funcional.
El presidente de Ingeniería Química de McMaster, Carlos Filipe, dijo que eligieron la leche como demostración de la tecnología porque es muy desafiante. Saber que esta tecnología funciona con algo tan complejo significa que puede servir con otras formas de productos alimenticios envasados, como sopa enlatada o atún.
Otro de los autores de este estudio, Yingfu Li, afirmó que, tras la eficacia demostrada, la tecnología de detección se puede aplicar fácilmente a otros patógenos transmitidos por los alimentos, como la listeria, que contamina a los alimentos crudos, el queso y los embutidos, y el clostridium, que causa el botulismo y el ténanos.
Puede imprimirse un parche de prueba para múltiples patógenos o incorporarlo en muchas formas de paquetes como cartones, tinas de plástico, bolsas de leche y botellas. De esta forma lo leeríamos con nuestros ojos o con un escáner, sin necesidad de abrir el envase.
¿Podremos tener en casa este tipo de escáner? De momento, el objetivo a corto plazo es poner la tecnología a disposición de los fabricantes, distribuidores y minoristas. Si prospera, también los consumidores podríamos usarlos para verificar los alimentos antes de consumirlos.
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