La grasa marrón o parda es un tipo especial de grasa que se activa cuando sientes frío. Casi todos los mamíferos tienen, pero en distintas cantidades también a lo largo de sus vidas.
Al activarse la grasa parda genera calor para ayudar a mantener la temperatura corporal usando como combustible la grasa corporal normal o blanca. Por eso, tiene tanto interés entre investigadores que pretenden averiguar si podría ayudar en la pérdida de peso.
50 gramos de grasa blanca almacenan más de 300 kilocalorías de energía y la misma cantidad de grasa parda puede quemarlas en un día.
¿Dónde está, cuánta tenemos y por qué es marrón?
Cuando nacemos es cuando más tenemos. Durante nuestros primeros meses de vida tenemos reservas alrededor del cuello y el torso para mantenernos calientes.
Hasta hace pocos años se pensaba que esa grasa desaparecía totalmente. Ahora sabemos que aunque es cierto que disminuye con la edad, la grasa parda está presente en la mayoría de los adultos y que es metabólicamente activa.
La grasa parda contiene muchas más mitocondrias que la blanca, y eso es lo que le da su distintivo color marrón y queman calorías para producir calor. Algunos investigadores han concluido que las personas que tienen mayores cantidades de grasa parda tienden a ser más delgados porque la presencia de grasa parda incrementa el gasto metabólico basal de esa persona, es decir, el consumo básico de calorías que una persona necesita para vivir.
¿Se puede activar?
Eso están tratando de averiguar los investigadores.
Se cree que la actividad de la grasa parda se puede estimular pasando frío habitualmente. Y se está explorando la posibilidad de convertir la grasa blanca en parda usando dos hormonas que se liberan normalmente durante el ejercicio y con el frío.
¿Estarías dispuesto a pasar un poco más de frío?