Hace ya cinco años que Diego El Cigala presentó en Cuba un álbum sorprendente, grabado junto al pianista Bebo Valdés, y titulado Lágrimas negras. Ahora llega su prolongación, un trabajo titulado Dos lágrimas que sigue explorando la fusión del flamenco con los ritmos caribeños. Pero lo más llamativo de este disco no es tanto el contenido como su sistema de comercialización. Ya se sabe que por culpa del “top manta” y las descargas por internet, las cosas no andan muy bien para la industria discográfica. Cada vez hay menos tiendas especializadas en música. En cambio, lo que sí abundan son los quioscos, que están vendiendo productos (películas, discos, libros…) ajenos a la prensa tradicional. Por eso, El Cigala ha grabado su álbum al margen de las discográficas y lo ha vendido en los quioscos. Aliado con un diario de tirada nacional (que ha distribuido el CD a los puntos de venta), el nuevo trabajo de El Cigala ha colocado en el mercado 100.000 copias en solo cuatro días. Un éxito que quizás haga que otros muchos artistas se replanteen el futuro del negocio musical.

Redacción QUO