Si alguna vez ves que tu perro acaba siempre escondiéndose debajo de tu cama y no sabes la razón que le lleva a hacerlo, no creas que es el único que lo hace. Muchos encuentran en ese lugar su guarida particular y detrás de ello puede haber varias razones.
Según la web The Nest, una de las principales razones puede estar detrás de ruidos extraños y muy fuertes. Pregúntate si es por qué ha habido algún tipo de fiesta con petardos o fuegos artificiales alrededor de tu casa. Si es así, es muy probable que tu perro halla elegido los bajos de tu cama como el mejor sitio para no tener que aguantar esos estruendos. Para ellos, es un lugar que consideran seguro, de hecho incluso puedan llegar a encontrar otros escondites en el hogar siempre y cuando estén protegidos y sean oscuros. Eso les hace sentir alivio.
Es muy probable que también traten de esconderse si en el pasado tu mascota sufrió algún tipo de abuso. Es fácil que después de adoptar a un perro, este tenga que hacerse a un nuevo hogar, nuevas normas, nuevo ambiente y eso hace que esté un poco estresado hasta que logra sentirse cómodo del todo. Pero también tiene otro reto, entender el comportamiento y la rutina de su nuevo amo, el cual tratará de mostrarle que aquello que le provocaba daño o sufrimiento, ahora ya no lo hará.
Quizá notéis que al hacer ciertas acciones normales, puedan crear en el perro una sensación de estrés y acaba escondido bajo la cama. Sabiendo identificar esos episodios, será más fácil enfrentarse a aquello que le da miedo y recompensarle cuando entienda que es algo bueno y para su bien.
En el caso, por ejemplo, del ruido, se puede tratar de representar en casa ese mismo estruendo con unos decibelios por debajo de lo que suena habitualmente. Si el perro no recibe estos ruidos de forma negativa, entonces se le puede premiar. Poco a poco, se va subiendo el volumen para reforzar su comportamiento y conseguir siempre la respuesta más positiva posible. Así no reaccionará mal cuando haya fiesta alrededor de su hogar y no acabará escondiéndose donde no debe.
Eso sí, si consideráis que su comportamiento se repite con asiduidad y no hay manera de conseguir que se calme si no está en su «casa» habitual, es bueno que consultes a un veterinario para que te ayude a identificar el problema o si está padeciendo algún tipo de trastorno o enfermedad. Pero por lo general, muchos irán allí a relajarse y desconectar, así que no hay necesidad de preocuparse en demasía, solo estar atento.