Dar una vuelta con tu perro puede ser todo un trauma si cada vez que pasa al lado de otro, el tuyo comienza a tirar de la correa, ladrar como un loco y busca poco más que atacarle. Incluso peor, abalanzarse sobre una persona. ¿Qué le pasa? ¿Por qué se comporta así?

Según un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona existen dos hormonas que podrían tener algo que ver en estos comportamientos extraños de nuestras mascotas que no parecen poder controlar: la oxitocina y la vasopresina. Veamos qué funciones tiene cada una.

La oxitocina tiene una presencia significativa en el parto y durante la lactancia. Además, es conocida como “hormona del amor”, ya que se ha demostrado que cuando abrazamos o besamos a un ser querido el nivel de esta hormona aumenta en nuestro cuerpo. Por el contrario, la vasopresina tiene peor fama, ya que un alto nivel de ella en seres humanos ha sido relacionado con agresiones y problemas crónicos de violencia. Ambas hormonas están también en los perros, por lo que el equipo de investigación creyó que podría tener algo que ver.

Para realizar el estudio, el equipo buscó perros de diferentes edades, razas y sexos, cuyos dueños habían reportado un comportamiento agresivo de su mascota. Para compararlos, buscaron a otros perros de la misma raza e iguales características, que no fuera agresivo, y que les sirviera como comparativa. Se les enfrentó a ruidos y situaciones cotidianas, y la sorpresa fue que cuando les enfrentaron a una imagen de un perro, muchos de ellos comenzaron a gruñir, tirar de la correa y a ladrar. En todos ellos, sus niveles de vasopresina eran altos.

Por otro lado, los investigadores estudiaron los niveles de oxitocina en perros que están entrenados para ser animales de compañía y de asistencia. Todos ellos tenían niveles elevados de esta hormona y unos niveles normales o bajos de vasopresina. Lo que apoya la idea de que estas hormonas tienen que ver en su comportamiento.

Para el líder del estudio Evan MacLean, descubrir cómo poder controlar esos comportamientos supondría todo unavance: “Las agresiones de perros son un gran problema. Miles de personas son hospitalizadas todos los años por mordeduras de perros, especialmente niños. Y es esta agresividad una de las principales razones por las que los perros son abandonados en los refugios. Si hay maneras de poder intervenir y modificar estos procesos biológicos que afectan a su agresividad, sería algo tremendamente beneficioso para perros y humanos”.

Fuente: Eurekalert

Alberto Pascual García