Es el último tabú en Europeo. Tres de cada cuatro mujeres aún creen que la infidelidad se considera más grave que la masculina y hasta un 41% dice que jamás confesaría un desliz ni a su mejor amiga. Las sociedades modernas están avanzando en muchos aspectos en cuanto a derechos, igualdad y empoderamiento de la mujer. Sin embargo, en el asunto sexual seguimos en las antípodas, tal y como revela el último estudio realizado por Ifop para Gleeden a nivel europeo.
Este informe, que incluye España, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia, revela muchas actitudes y percepciones que confirman que aún queda mucho para eliminar el estigma que pesa sobre la infidelidad femenina y equipararla a la masculina. “¿Por qué, a pesar de movimientos como el #MeToo o toda la ola de empoderamiento femenino, aún las sociedades occidentales piensan que el hombre infiel es un tipo envidiado, y la mujer infiel… poco menos que ‘una cualquiera’?”, se preguntan sus autores.
Para empezar, las propias mujeres encuestadas confirman esta percepción: el 77% opina que aún en nuestros días está peor vista. A nivel europeo, un 40% declara que a ellas mismas les parece más grave la infidelidad femenina que la masculina. En España el porcentaje baja al 30%. Es una percepción independiente de la edad, nivel educativo, sociocultural o económico de las encuestadas. Sí influyen las creencias religiosas y políticas. El 38% de las mujeres practicantes y el 45% de las que sitúan su ideología en la extrema derecha piensan que la infidelidad femenina es más grave. La percepción se agudiza cuando ha habido una separación reciente, si la pareja espera un bebé o cuando esa tercera persona se inmiscuye en un matrimonio que parece feliz.
Por encima de estos criterios se impone el tabú. Ni siquiera la mujer infiel habla de ello. Un 41% no lo contaría jamás. El resto, con reservas. Sorprendentemente, estarían más dispuestas a contarlo a sus propias parejas que a una buena amiga. Hasta un 52% de las mujeres podrían llegar a reconocerlo en algún momento. Les resulta menos incómodo hablar de un problema financiero, un despido, una depresión o incluso un cáncer que de un desliz. “Quizá el sentimiento de culpabilidad tenga mucho que ver con todo este tabú”, indica el informe. De hecho, el 39% de las mujeres se arrepiente de haber sido infiel en algún momento, aunque la culpa es menor cuanto menos satisfactoria es la vida sexual con la pareja. En España, el arrepentimiento es menor en las andaluzas. Y en Europa, las italianas y francesas.
La tentación vive cerca
Sin duda, el lugar más tentador es el trabajo, tanto la propia oficina como cualquier ocasión vinculada con él, como un viaje, un congreso o una feria. Entre los 35 y 49 años, la atracción física es el motivo fundamental para la infidelidad. Resulta interesante que la mayoría de las españolas consultadas confiesan haber tenido algún tipo de infidelidad simplemente psíquica.