Parece que hablar con uno mismo no es irracional, sino que es bastante útil para enfocar la atención hacia una tarea concreta, según se desprende de un estudio publicado recientemente en la revista especializada The Quarterly Journal of Experimental Psychology. Según los autores, la investigación abordó la siguiente cuestión: “Cuando están buscando objetos específicos, las personas suelen repetir el nombre del objeto. ¿Es útil este comportamiento?”
La investigación apunta directamente a cierta controversia en lo que concierne a cómo afecta el lenguaje a nuestra capacidad de percibir y de relacionarnos con el mundo. Algunos científicos defienden que las palabras sencillamente sirven para referirnos a conceptos y para expresar nuestros pensamientos. Otros mantienen que no solo son etiquetas, que el lenguaje modula nuestra percepción del mundo hasta el punto de cambiar la manera como interaccionamos con él…
Para encontrar la respuesta, dos científicos de las universidades estadounidenses de Wisconsin-Madison y Pennsylvania llevaron a cabo tres experimentos en los que varias personas debían encontrar un objeto dibujado y emplazado entre una serie de figuras que jugaban al despiste. Algunos de los participantes lo hacían en silencio mientras que otros repetían el nombre del objeto, un comportamiento que denominan “habla autodirigida”.
El último experimento llevó el esquema a la situación que todos experimentamos cuando vamos a la compra, en la que tenemos que encontrar los productos que queremos entre una ingente cantidad de objetos. Los resultados generales del estudio apuntan a que repetir el nombre del objeto facilita la tarea de encontrarlo. “Por ejemplo, escuchar ‘silla’ comparado con sencillamente pensar sobre una silla, puede convertir el sistema visual en un mejor ‘detector de sillas’ mejor”, explican.
Hablar ayuda a concentrarnos, aunque no siempre ni en todas las circunstancias. “La búsqueda mejoraba para los objetos más familiares y prototípicos”. O sea, para aquellos de los que tienes un recuerdo muy preciso, como las llaves que no encuentras cuando vas a salir de casa. La repetición de la palabra en cuestión también aumentaba la habilidad de encontrarlo.
Las conclusiones de los científicos demuestran que el acto de hablar mejora el procesamiento visual. Si la repetición de palabras sueltas ayuda a focalizar la búsqueda de los objetos representados en ellas, un discurso también podría influir en el rendimiento de otros procesos que nuestro cerebro utilice para desarrollar otras tareas. Probablemente, hablar ayude a mejorar el rendimiento de otras capacidades de una manera similar a como describen los investigadores en este estudio para la percepción visual.
Pregunta enviada por @ebulnesb, a través de Twitter
Andrés Masa Negreira
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