SER HUMANO

Empresarios ¿psicópatas?

¿Piensas como un psicópata? Según una afirmación popular, una manera rápida de saberlo es leer la siguiente historia, conocida como el test del psicópata y ver qué respuesta es la primera que te viene a la cabeza:

“Mientras una mujer está en el entierro de su madre llorando junto a su hermana, ve un apuesto señor apoyado en un árbol del cementerio mirándola fijamente. Está lloviendo y ella se acerca a él para refugiarse en su enorme paraguas negro. La mujer, sonrojada, lo mira intensamente. Durante los días siguientes lo sigue, lo busca, lo ve… y poco a poco se enamora locamente de él, pero nunca le dice nada. Un día, le pierde la pista. Lo busca sin éxito y pasan varios días sin volver a verlo. Un buen día la mujer mata a su hermana.» ¿Por qué?

Si la primera idea que ronda tu cabeza son los celos y la venganza… tranquilo, estás sano. Pero si tu respuesta a este ‘enigma’ es «para volver a ver al hombre otra vez en el funeral de su hermana», según la cultura popular tienes todas las papeletas y cumples todos los requisitos para ser un asesino a sangre fría o, también, un gran empresario, el líder de una gran organización, un sacerdote carismático, un cirujano sin nervios o un agente de élite del CNI o del Mossad. La pequeña parábola pretende revelar las cualidades -ausencia de emociones en la toma de decisiones, frialdad de enfoque en los resultados o una lógica demasiado despiadada y egocéntrica- de una persona.

Sin embargo, como no podía ser de otra forma, hay un problema en este supuesto ‘test psicológico’. Según el profesor de psicología Kevin Dutton, especializado en mentes criminales, la historia no ofrece respuestas en ningún caso fiables. Para su último libro, publicado a finales del pasado año por Scientific AmericanLa sabiduría de los psicópatas«), Dutton puso a prueba la retorcida historia con sus pacientes de personalidad psicópatica. A ninguno de ellos se le ocurrió contestar la segunda opción. Incluso alguno de ellos comentó: «puedo estar loco, pero no soy tonto».

Para que una sociedad prospere, necesita una cuota mínima de psicópatas. Kevin Dutton

Lo admirable de este libro es la negativa de Dutton a aceptar respuestas fáciles en uno de los campos más sensacionalistas de la psicología popular. Ha aceptado el desafío de deconstruir las ventajas y peligros de la conducta psicopática con dos motivaciones distintas. La primera, el rigor académico que exige ser becario de investigación en el Magdalen College (Oxford). La segunda, más humana: conocer más a su padre. «Tenía una extraña habilidad de conseguir siempre lo que quería». Según él, las personas con este carácter ‘psicópata’ aprenden antes y siempre son más optimistas. No suelen dudar de que las cosas funcionarán a su favor.

La curiosidad de Dutton, le lleva desde salas de juntas y tribunales de justicia a laboratorios neurológicos, intentando meterse en la mente de aquellos que han hecho del asesinato una forma de vida.

El libro del psicólogo, no obstante, apoya la teoría de que para que una sociedad prospere, necesita una cuota mínima de psicópatas. Alrededor de un 10%. Necesitamos de aquellos que tienen el valor y la frialdad para desactivar una bomba o pegar un tiro a sangre fría a un asesino en serie si llega el momento. También sirve para conocer las habilidades de los personajes más retorcidos como puede ser intuir la ansiedad, algo que se refleja claramente en los funcionarios de aduanas.

A lo largo de su obra, Dutton refuerza la idea de que aquello que caracteriza a la mente criminal de un psicópata es prima hermana del conjunto de rasgos que muestran los miembros mejor recompensados por el capitalismo. El autor se basa en un estudio de 2005 que comparó los perfiles de los líderes empresariales con los de varios presos para revelar que una serie de atributos psicópatas eran sin duda más común en salas de juntas que en una celda acolchada: encanto superficial, egocentrismo, independencia… La diferencia clave es que a los directores ejecutivos se les animó a exhibir estas cualidades en contextos sociales en lugar de antisociales.

Si no tienes problemas en leer en inglés… el libro no tiene desperdicio. ¿Imagináis que las empresas que realmente quieren encontrar líderes llevarán a cabo su ronda de reclutamiento en los tribunales de menores? Esto y mucho más te sorprenderá (y te provocará más de un escalofrío) en las páginas del último libro de este experto en emociones criminales.

Redacción QUO

Redacción QUO

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