Tenemos la imagen de que las armaduras medievales y renacentistas eran tan pesadas que imposibilitaban a los combatientes poder moverse con agilidad. Incluso, hemos visto en películas como Campanadas a medianoche (una de las obras maestras de Orson Welles), como, al caer al suelo, los caballeros eran incapaces de poder volver a levantarse, quedando indefensos a merced de sus enemigos.
Todo lo anterior en gran parte es cierto, ya que a lo largo de la Edad Media se usaron muchos tipos de armaduras, algunas de ellas excesivamente pesadas. El error está en la generalización y en pensar que siempre fue así. Las armaduras más pesadas, las que estaban formadas por 250 piezas, podían pesar hasta treinta kilos. Pero, conforme se fue perfeccionando su fabricación, llegaron a ser más ligeras, constando las de finales del medievo de unas veinticinco piezas como mucho.
La cadena de televisión francesa Figaro Tv, en colaboración con los expertos del Museo de La Edad Media de París, han creado este magnífico vídeo en el que dos combatientes se mueven y pelean equipados con sendas armaduras del siglo XV. Como puede verse, son capaces de realizar movimientos realmente ágiles.
Redacción QUO
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