De acuerdo con Bruce Springsteen nacimos para correr (Born tu run), pero parece ser que cuando nos calzamos le pusimos, parafraseando otro éxito del Boss, el toque humano (Human Touch) y lo echamos a perder. Así lo afirma un nuevo estudio realizado por la Universidad de Queensland que analizó el impacto de correr en superficies duras, principalmente asfalto o comento.
Para amortiguar el golpe de correr en este tipo de superficies duras, las zapatillas proporcionan una barrera de espuma elástica entre la carretera y nuestros pies. Pero pese alavance en la tecnología del calzado, la tasa de lesiones no ha descendido en los últimos 40 años. Eso hace que algunos investigadores y corredores sospechen que la causa de esto se encuentre a nuestros pies. Cuando corremos descalzos, los pies descalzos actúan como resortes, que absorben el impacto y luego lo utilizan como energía en el próximo paso. Los fanáticos de correr descalzo afirman que el calzado deportivo interfiere en ese proceso, propiciando que los músculos del pie se relajen y finalmente se debiliten.

Los científicos de Queenland, liderados por Luke A. Kelly, analizaron a 16 corredores a los que estudiaron realizar rutinas con y sin calzado en una cinta rodante y equipados con sensores de fuerza en sus pies para medir la activación muscular.
Los resultados, publicados en Journal of the Royal Society, demuestran que las deportivas interfieren con la capacidad del pie para actuar como un resorte, disminuyendo la cantidad cuanto podía comprimirse el arco, un 25% menos. Pero al mismo tiempo que descubrían esto, el estudio también revelaba que los músculos del pie no se relajaban, como muchos sospechaban, sino que trabajaban más duro para mantener el arco estable.La conclusión es que usar deportivas cambia la fisiología de funcionamiento. Sólo que de un modo no esperado por los expertos.

Juan Scaliter