Su tono era ligeramente amarillo y se disolvía con facilidad en agua. William Perkin no había obtenido quinina, la sustancia que buscaba para tratar la malaria, sino el primer colorante sintético, el “malva de Perkin”. Lo descubrió en 1856 y dio lugar a una actividad tan floreciente que en 1862 ya había en Europa 29 empresas dedicadas a los colorantes.
Redacción QUO
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…
El bisfenol A (BPA) es un disruptor endocrino que está desapareciendo poco a poco de…
Un delfín solitario del Mar Báltico ha sido grabado hablando solo, lo que lleva a…
Un nuevo estudio traza una espectacular explosión de 100 millones de años en las señales…
Durante la llamada Crisis de Salinidad del Messiniense, el nivel del mar Mediterráneo era alrededor…