En muchas ocasiones, los científicos e investigadores tienen que convertirse en cobayas humanos, tal y como ha hecho el protagonista de nuestra foto, el ingeniero bielorruso Oleg Melnik. El intrépido técnico se sometió a un espectacular experimento en el que recibió un rayo en la cabeza provocado por una bobina de Tesla. Oleg contaba con la única protección de un caso de alambre, y os diremos, para vuestra tranquilidad, que no acabó carbonizado. La bobina en cuestión es un tipo de transformador creado por el mítico inventor Nikola Tesla, para tratar de transmitir la corriente eléctrica sin necesidad de conductores. El ingenio tiene la capacidad de multiplicar el voltaje de una corriente y crea unos rayos realmente espectaculares.
Foto: Getty.
Vicente Fernández López
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