Cuando el jefe de policía Abhishek Patel se levantó el pasado viernes, no llegaba a imaginar que ese día tomaría una de las decisiones más difíciles de su vida. La historia ha ocurrido en una pequeña aldea del estado de Madhya Pradesh, ubicado en el centro de la India.

Los profesores que regentan el colegio local tampoco imaginaban el día tan complicado que les esperaba. Durante la jornada escolar, descubrieron una bomba activa en el patio trasero del colegio. Teniendo en cuenta que había 400 niños en sus aulas, llamaron rápidamente a la policía. Minutos después, Patel y su equipo se personaron en la escuela para ver el explosivo, el cual pesaba diez kilos y medía 30 centímetros.

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Saber cómo desactivar la bomba era tan difícil como conseguir una brigada antiexplosivos. Así que Patel actuó como pudo: recurriendo a toda la valentía posible, puso la bomba en su hombro y corrió todo lo que pudo hasta haber dejado una distancia de seguridad de al menos un kilómetro. Por suerte, la bomba no explotó y nadie resultó herido. No obstante, se ha abierto una investigación con el fin de descubrir quién había dejado la bomba allí y cuál era su objetivo.

Por otro lado, el héroe sin capa recibió algo más de 600 € por su hazaña. Según ha explicado a un periódico local, «al ser una zona residencial con una escuela, mi único objetivo era poder llevar la bomba lo más lejos posible. Si hubiese explotado habría causado graves daños en un radio de 500 metros».

Vía | telegraph.co.uk

Rafael Mingorance