La serpiente del faraón es un sencillo experimento, pero que requiere vigilancia experta para que no termine de forma dramática, ya que se utilizan sustancias inflamables. Algunos de los ingredientes usados son bicarbonato, azúcar, arena, alcohol etílico (96 grados) y una cerilla o mechero para encender la mezcla. También se utilizan misturas nitradas de aceite de linaza y naftalinas.

Tras mezclar el azúcar con el bicarbonato, se añade alcohol a la mezcla y se forma una especie de pastilla. Después, la masa resultante se sitúa sobre la arena y se deja secar. Una vez se ha secado, llega el momento de incluir el fuego en la ecuación. Cuando se quema, el producto arroja humos y cenizas que son expelidas de tal forma que se asemeja al crecimiento de una serpiente.

Aunque la mezcla no debe explotar, una alumna de 30 años del centro de adultos de Tetuán ha sufrido heridas graves al registrarse una explosión mientras se llevaba a cabo el experimento en el laboratorio de las instalaciones educativas. Según ha informado Emergencias Madrid, la mujer tiene quemaduras de segundo grado en el 22% de su cuerpo (cara, cuello, piernas y parte del tórax). El problema ha sido que la mezcla no estaba bien realizada, razón que ha producido la deflagración.

Así se haría el experimento del faraón, pero te aconsejamos que no lo hagas en casa ni en ningún otro lugar sin la supervisión de un experto.

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Rafael Mingorance