La momia de la imagen fue donada en 1925 al Maidstone Museum, en Reino Unido. Se calcula que tiene una antigüedad de unos 2.100 años, y hasta hace muy poco se pensó que pertenecía a un halcón. Pero, ahora, una investigación realizada por antropólogos de la University of Western Ontario, ha descubierto que en realidad se trata de un feto humano.

Pero, ¿cómo fue posible semejante equívoco? Pues debido a que el feto, que se ha calculado que se encontraba aproximadamente en la semana de gestación número veintitrés, padecía anencefalia, un trastorno que provoca que el bebé se desarrolle sin partes del cerebro y el cráneo, lo que ocasiona graves malformaciones.

En el caso del feto momificado, la parte superior del cráneo estaba aún sin hacer, e incluso tenía los pabellones auditivos situados en la parte trasera de la cabeza. Esta es la segunda momia con este tipo de malformación que se ha descubierto. Los investigadores explican que los egipcios conferían poderes mágicos a los fetos y que, tal vez por ese motivo, fue momificado con tanto cuidado.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López