Decir que estas pueden ser las peores portadas de discos de todos los tiempos resultaría una afirmación excesivamente categórica. Seguro que las hay aún peores. Pero es innegable que las que aquí os mostramos deberían ser incluídas en cualquier museo de los horrores. Y hay de todo. Desde intérpretes ignotos a los que casi nadie recuerda (por algo será), hasta portadas de discos de grupos como The Rolling Stones. Por no faltar, ni siquiera falta uno de los chicos de Parchís.
Este disco fue grabado en 1970. La pinta de los integrantes de este grupo bien podía haber servido para inspirar un vídeo al estilo de Yo amo a Laura.
Este fue el undécimo album de estudio de la mítica banda californiana. Y dado que el título iba de mascotas, alguien decidió que debían salir en la portada rodeados de animalitos. En fin… La cosa pudo haber sido mucho peor, pero el resultado confirma que estos chicos lucían mejor en la arena de la playa.
Porque son The Beatles, y a ellos se lo perdonamos todo. Pero reconozcan que la portada de este álbum de 1967 parece diseñada por su peor enemigo.
La versión brasileña y bigotuda de nuestra María Jesús. Este cantante se hizo popular en el país carioca por sus letras con dobles sentidos. Inició su carrera en 1971 y ha estado grabando discos hasta 2011.
Este disco pertenece a un grupo de Salt Lake City. Fue grabado en 2013, y da la impresión de que la horrenda cubierta fue hecha así a propósito. Porque, de lo contrario, no se entiende.
Foster Edward´s Orchestra
El tal Foster Edward fue un antiguo jugador de beisbol reconvertido en los años 60 en director de una Big band. Este disco fue grabado durante una actuación en un circo. Eso explica lo de los elefantes melenudos en la portada.
Bizarro disco de una familia de acordeonistas franceses que eran invidentes. La música que hacían les convertía en una especie de precursores de Camela.
Ni siquiera Mick Jagger y sus chicos se libraron de tener un disco con un diseño espantoso. En su caso fue la de este disco, su segundo album en directo, publicado en 1970.
Tras el éxito de Parchís, alguien decidió que el guapete Tino, la ficha roja de aquel grupo infantil, tenía posibilidades como solista, y decidieron potenciar su imagen como sex symbol adolescente. Lo que ocurre es que no acabaron de atinar (y no pretendía ser un juego de palabras) con el look del chaval.
Los músicos de heavy metal siempre han cultivado la imagen de tipos duros y muy machotes. Pero en este caso se pasaron unos cuantos pueblos.
Un album equívoco. Viendo la pinta da las chicas, el nombre del grupo y el título de la canción, podría pensarse que es un tema religioso. Pero nada más lejos de la realidad. Se da el caso de que las tres muchachas eran hermanas y se apellidaban Faith. Y la canción es un tema frívolo, ya que el tal Jesus del título es un jardinero al que quieren beneficiarse.
Con esa pinta que le hace parecer un cruce entre Andy Warhol y un criminal de guerra nazi, al disco de este intérprete alemán le hubiera sentado mejor una portada más conceptual. ¿No creen?