Ser atractivo es algo que va más allá de la belleza física. ¿Qué hace que las personas miren positivamente a una persona y se sientana traída por ella, mientras rechazan a otra? Aquí os explicamos algunas claves científicas que explican un poco ese éxito o ese fracaso.
Una investigación realizada en 2010 en la Abertay University (Escocia), reveló que los rostros de los hombres con altos niveles de cortisol, una hormona vinculada al estrés, resultaban menos atractivos para las mujeres. Y a la inversa ocurría lo mismo, tal y como demostró otro estudio realizado en 2013.
Confirmado: las ojeras y los bostezos no son las mejores armas de seducción. Investigadores suecos realizaron en 2010 un estudio, en el que enfrentaron a personas que durante la última noche habían dormido al menos ocho horas, y otras que llevaban más de veinticuatro horas sin pegar ojo. Y, cómo era de esperar, la lozanía de las primeras resultó ser mucho más atractiva.
En 2004, un estudio realizado por investigadores de la University of Wisconsin-Madison, reveló que las mujeres encontraban más atractivos a los varones con iniciativa, amables y con buena disposición para emprender nuevas actividades.
La gente alegre y feliz siempre nos ayuda a ser más positivos, pero tampoco hay que pasarse. Un estudio realizado en 2011, reveló que las mujeres no se sentían atraídas por aquellos hombres que parecían excesivamente felices, mientras que, por el contrario, les llamaban más la atención los que tenían una actitud más orgullosa y misteriosa.
Un lenguaje corporal poco comunicativo
Cuidar la postura es básico para tener éxito. Un estudio realizado por la Princeton University, confirmó que los hombres con los hombros caídos o con los brazos permanentemen cruzados, eran considerados menos simpáticos y abiertos. Y, en consecuencia, también provocaban más rechazo.